Tras terminar hace un par de años su primera trilogía localizada en Britania y con un centurión de origen siluro como protagonista, Adrian Goldsworthy publicó en 2021 el comienzo de la que es su segunda trilogía, liderada por el mismo protagonista y algunos personajes de aquella primera entrega. En este caso, la trama lleva a Flavio Ferox a la frontera del Imperio Romano con el reino de Dacia, pacificado unos años antes y que se encuentra en un estado de tensa calma, mientras se construye un gran puente que atraviesa el Danubio. Junto a soldados de origen brigante, de quienes no se fía en absoluto tras lo sucedido en la última entrega de la anterior trilogía, es destinado a un fuerte más allá de la frontera, desde donde irá observando el aumento de tensión y vislumbrará los preparativos que el rey dacio, Decébalo, está organizando para desestabilizar los valles que sirven de enlace entre territorio romano y su reino.
Pues bien, Adrian Goldsworthy retoma a su protagonista lejos de su trilogía original, trasladándolo a otra zona de guerra y tensión, y acompañado de algunos compañeros de penas y victorias, como el explorador Vindex o su esposa y reina brigante Claudia Enica, quien sigue reclamando su derecho al trono en su tierra natal. Además, se unen a esta trama una serie de centuriones destinados en el fuerte denominado por el autor, Piroboridava, donde se encuentra parte de la legión I Minervia. Junto a estos, aparece un importante personaje muy relacionado con el entonces emperador Trajano. Me refiero a Adriano, entonces comandante de dicha legión, quien de la mano del escritor, toma presencia en un juego de toma de posiciones de poder en un territorio que le depara cierta opción a lograr laureles y presencia política en la zona. Además, Adrian Goldsworthy pone en juego a otros personajes del lado dacio, cercanos a su rey, quienes tomarán parte del enfrentamiento fronterizo y cercano al fuerte en el que se encuentra destacado el veterano Ferox.
Pero además, y a sabiendas que los personajes o gran parte de ellos, así como el fuerte en cuestión, son ficticios, el bueno de Goldsworthy aplica a sus novelas, sus conocimientos históricos sobre Roma y, sobre todo, su complejo y poderoso poder militar. En base a lo que se sabe de algunos yacimientos fronterizos con la antigua Dacia, el autor describe y traslada a las páginas de su libro, cómo era y cómo se vivía en un fuerte localizado en la zona, así como su organización y medios de defensa. En base a ello, os podéis imaginar que una buena parte de la historia se desarrolla en dicha y ficticia localización. Imaginaos aquel territorio dominado de manera limitada por una, no muy grande, guarnición romana, mientras bandas de exploradores y guerreros dacios van dejando pistas de lo que parece un peligroso y próximo devenir para quien se ponga en el camino de lo que parece una gran expedición destinada a desequilibrar aquel territorio. Pues en base a esta trama y alguna que otra historia de traición y lucha de poder, la primera entrega de esta nueva trilogía se presenta al lector, con nuevas aventuras protagonizadas por el centurión Flavio Ferox y sus compañeros de viaje.
Primera Trilogía de Flavio Ferox
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.