La última entrega de Lobezno en el cine, allá por el año 2013, en mi opinión fue bastante decepcionante e incluso se llegó a escuchar en los mentideros del mundo del cine, que Hugh Jackman no volvería a encarnar en solitario al superhéroe de Marvel. Posteriormente, ya en 2014, con la entrega de los X-Men, Días del Futuro Pasado, los número mejoraron con una película más redonda y convincente. Sin embargo, Jackman no quería abandonar el personaje que le ha llevado a la fama, sin conseguir un cierre que mereciera la pena. Y dicho y hecho. De la mano de un director James Mangold, mucho más centrado y acertado en la dirección que en la anterior entrega, el círculo del tándem Jackman/Lobezno se cierra con una película crepuscular, humana y llena de homenajes.