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miércoles, 3 de octubre de 2018

Sir András Schiff (piano) - Obras de J.S. Bach

El pasado 2 de octubre estrené, con cierto retraso, la nueva temporada del Auditorio Baluarte de Pamplona. Y no había mejor manera posible de hacerlo, sino de la mano del pianista húngaro Sir András Schiff. Especializado en Bach, Beethoven y Schumann, tiene especial querencia por su amadísimo Johann Sebastian. Ayer lo demostró con creces, ofreciendo un concierto de gran altura musical, técnica y especialmente en su virtuosismo. El hecho de interpretar al maestro del clave con un instrumento como el piano, no hace más que afianzar sonoramente la gran capacidad melódica y de composición de sus obras para solista en el teclado.
 
No se puede redondear mejor una velada, por otra parte, completamente dedicada al compositor alemán barroco. Comenzó en su primera mitad con el Concierto Italiano BWV 971 y con la Obertura Francesa BWV 831. Técnicamente perfecto y estrictamente medido en el tiempo de la interpretación, el color, volumen y lectura de su personal visión de la música de Bach, rezuma elegancia, sentimiento a raudales y mucho respeto por la partitura. Es más, el maestro húngaro apenas utiliza los pedales, asumiendo y respetando que las obras están compuestas para el clave, un instrumento que carece de este elemento propio del piano. Fue en la segunda parte del programa cuando András Schieff demostró por que es uno de los grandes especialistas e intérpretes en la obra para teclado de Bach. Ofreció una perfecta, medida y espléndida versión de las famosas Variaciones de Goldberg BWV 988, una de las cumbres de la composición para clave y en este caso perfectamente asumido por el piano. La capacidad del pianista por diferenciar cada una de las treinta variaciones, más el Aria repetida a principio y final de la obra, requiere de un perfecto dominio de la musicalidad, el tempo y el color que ofrece la obra. Como no podía ser de otra manera su interpretación, a fuerza de repetirme, fue perfecta, medida, virtuosa y especialmente elegante. Sin duda uno de los grandes conciertos para recordar en el Baluarte.