"The Mandalorian" - Temporada 1

Buque insignia del lanzamiento del Canal de Disney, "The Mandalorian" surgió con mucho empuje y muy buen pie en el que parece, desgastado Universo Star Wars. Sus ocho capítulos nos presentan a un mercenario mandaloriano al que se le encarga hacerse con un preciado sujeto y entregarlo con vida. Nos encontramos años después de la derrota del Imperio frente a los rebeldes, cuyos hechos se relataron en la película "El retorno del Jedi". Si bien el Imperio salió derrotado, señores de la guerra y restos de aquellos ejércitos imperiales, se mezclan con un buen número de mercenarios, en complejas rencillas y conflictos locales debido a que la rebelión victoriosa no ha logrado cuajar en algunos planetas con un periodo de seguridad deseado. La ley del más fuerte y el más rápido con el blaster impera en algunos lugares del universo conocido. Y es aquí donde conocemos a nuestro misterioso protagonista.

"The Mandalorian" se presenta ante el espectador como un producto al más estilo spaghetti western. Buscadores de fortunas, mercenarios, señores respaldados por pistoleros a sueldo y otros aventureros, se enfrentan por lograr una recompensa en un universo descontrolado, en el que los restos de los ejércitos imperiales todavía dan muestras de cierta oscura presencia. Manda, como se le conoce al protagonista, acepta el encargo de buscar al sujeto en cuestión, a cambio de un mineral con el que arreglar y completar su armadura de guerra. Uno de los aciertos de la serie es representar al sujeto a atrapar como un pequeño niño de la misma raza de nuestro querido y adorado Yoda. Su imagen ya ocupa las redes de camisetas y objetos de merchandising. De la misma manera, la aparición de un robot caza recompensas modelo IG, así como el perfil del propio manda, tan parecido a Bobba Fett, nos trae recuerdos de la trilogía original de Star Wars. Todo lo cual añade más interés por la serie.

Importante, muy importante es la ejecución de un guión sin extravagancias y complejas teorías sobre la Fuerza y otros quebraderos de cabeza. Sí que es cierto, que algo se intuye y se deja ver, pero en absoluto distrae de la acción que impera y juega con cierta fluidez a lo largo de los capítulos. La aparición de algunos secundarios interesantes aporta nuevas tramas que irán discurriendo hacia los dos capítulos finales, auténtico clímax de la serie. Me ha encantado el personaje de Kuill, caracterización que exhala calidad y el carácter de algunos míticos personajes de Star Wars. De la misma manera algunos protagonistas juegan con un difícil equilibrio entre el Bien y el Mal, entre la lucha del bien propio y el bien común, como sucede con el personaje Greff Karga, líder del gremio de los mercenarios.

"The Mandalorian" no es una gran serie. Es más, desde mi punto de vista, dos o tres de sus capítulos dejan bastante que desear e incluso destilan demasiado a serie B, además de figurar como meros rellenos de la trama principal. Sin embargo, el perfil de añoranza que destila, y la sombra de la primera trilogía que descansa sobre el espíritu de la serie, hace que se disfrute con ilusión, especialmente en sus tres primeros capítulos y en los dos últimos. Además, la presencia en el tramo final de un villano de cierta entidad ligado a los recuerdos de un Imperio desaparecido, hacen que este proyecto haya tenido un buen recibimiento por parte de los aficionados y por tanto, que una segunda temporada esté a la vista. El siempre presente e inmortal efecto del espíritu de Star Wars y especialmente el batiburrillo inexplicable y los desaforados fuegos artificiales de la última trilogía recién terminada, hacen que la mirada del espectador haya encontrado en este producto, algo más terrenal, más artesanal, incluso mucho más humano.