Tras el innegable éxito de la saga de Harry Potter y su versión cinematográfica, J.K Rowling escribió una novela para adultos que se acaba de estrenar en formato de miniserie. Compuesta de tres capítulos, narra la vicisitudes de un pequeño y hermoso pueblo británico en el que las diferencias entre sus pobladores marcan la conviviencia del Consejo de la Comunidad. Parte de éste, quiere reconvertir una casa, en un SPA que traiga turismo y prosperidad al pueblo. La cuestión es que este edificio, hace una importante labor social en la zona, ya que cerca de éste pueblo de encanto, hay una zona o barriada, a la que llaman el Valle, en donde la droga y otros problemas de ámbito humano dominan el día a día. Tras ganar la votación, el sector que está en contra del SPA, paralizando la moción, una de las personas más implicadas socialmente del Consejo, muere. La búsqueda de un nuevo miembro para el Consejo, llevará al enfrentamiento entre los distintos bandos, llegando a ser tan cruel e implacable.
Podemos hablar de dos claves diferenciadas al respecto de la serie. por un lado el guión realizado por Rowling. De claro componente social y escrito para adultos, retrata la realidad de una comunidad pequeña, pero especialmente enfrentada, debido a diversos factores. Por una lado, los problemas del alcohol, la droga, la situación de una juventud con falta de objetivos, imperan en el Valle, con lo que algunos habitantes se implican hasta casi dar la vida. Por otro lado, se encuentran los grupos más conservadores, que solo buscan su propio bienestar social y económico y la de su zona del pueblo, con evidentes síntomas de egoísmo y clase superior. Las elecciones para ocupar el puesto del fallecido, llevarán a que salga de cada uno de los protagonistas, lo mejor y lo peor de su personalidad. Realidades personales ocultas saldrán a la luz. La tensión entre padres e hijos, vecinos y amigos, ocupan un guión, en ciertos momentos muy duro.
Con respecto a la serie en sí, interpretaciones, ambientación y realización, nos encontramos con un producto típicamente británico, serio en su presentación, que sabe mostrar en la pantalla, las diferencias sociales, en sus extremos más increíbles. La parodía se hace presente para presentar algunos personajes. La pareja de ancianos que promueven el SPA, interpretados por unos magníficos Michael Gambon y Julia McKencie, rozan a veces lo ridículo, lo exagerado, así como el papel de Simon McBurney, como el profesor cohibido y enfermizo que se presenta a las elecciones o el egocéntrico y miserable, hermano del fallecido, encarnado por Richar Glover. En contraposición a esto, otros personajes muestran el lado más humano y dramático de las personas. Joe Hurst, encarnado al sobrino del consejero muerto, o la asistenta social, o una espléndida Abigail Lawrie, que interpreta a una chica cuya madre es drogadicta y se tiene que hacer cargo de su hermano pequeño, muestran el lado más cruel y duro de la serie.
El conjunto, es capaz de presentarnos las mezquindades de una sociedad que juega con el futuro de los demás para fijarse solo en su entorno más cercano, sin pensar en las consecuencias. Una mini serie de gran calidad que realmente vale la pena ver.
El conjunto, es capaz de presentarnos las mezquindades de una sociedad que juega con el futuro de los demás para fijarse solo en su entorno más cercano, sin pensar en las consecuencias. Una mini serie de gran calidad que realmente vale la pena ver.
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