Todavía recuerdo el impacto que me produjo la primera temporada de True Detective allá por 2014. Además de su puesta en escena e interpretaciones, la presencia de un guion contundente y complejo como aquel, era algo más que reseñable y poco casual. Pues bien, años antes, su creador, Nic Pizzolatto, había publicado una novela que si bien no he leído, tras visionar la versión cinematográfica que hoy reseño, he llegado a la conclusión de que debo hacerme con ella. Pues bien, en 2018 este film fue estrenado en Movistar+ y en versión original. Las redes sociales cumplen su función en muchas facetas de la vida y una de ellas es informar al desinformado de aquellos asuntos de los que uno está interesado y que mejor que formar parte de esas pequeñas familias que comparten afición y gustos. Así me enteré de su programación y pude disfrutar de una interesante, desasosegante y triste historia de unos seres perdidos en el callejón sin salida que significan sus vidas.
Sus protagonistas, un joven matón al que le han diagnosticado un cáncer y una joven descarriada a la que la vida no le ha tratado bien, encarrilan un western moderno, en el que los sueños inalcanzables y la huida hacia ninguna parte, conforman un thriller dirigido con mano firme y notablemente interpretado. Poco que decir de la carrera de ambos protagonistas. Ben Foster es un actor de carácter, trillado en papeles secundarios y que últimamente elige buenos papeles en películas de autor, como sucedió en En un lugar sin ley o en la más cercana, Comanchería La carrera de Elle Manning, extensa como interesante, es la carta de presentación para una actriz que encarna sus papeles con la madurez necesaria y ganada a pulso tras años de interpretaciones, como muestra su trabajo en La seducción o en la interesante Mary Shelley. Ambos logran una química compleja y llena de matices, en sendos personajes, a los que su vida y soledad llevan a compartir camino y destino.
Una película, como he dicho antes, protagonizada por personajes perdidos y sumergidos en los paisajes de Nueva Orleans, detalle éste que recuerda a los escenarios de la primera temporada de True Detective y a algunos de sus episodios, especialmente cuando la investigación del asesinato original de la serie lleva a los agentes a interrogar a aquellas jovencitas dedicadas a la prostitución más terrible y extrema. La directora francesa, en su primer trabajo en EEUU, ofrece con crudeza y frialdad el escenario de desesperanza y dura realidad en el que los protagonistas se mueven, protagonizado en cierta manera por las largas carreteras norteamericanas y la multitud de los pequeños moteles que las decoran, como algo indefectiblemente unido lo uno a lo otro. El ambiente mostrado en la película marca desde un inicio el factor de perdedores de ambos protagonistas en un intento por sobrevivir en una situación, en principio insalvable, cual tragedia Shakesperiana. Para mí ha sido una grata sorpresa, una road movie bien dirigida e interpretada, de la que espero poder leer pronto la novela en la que se ha basado un guion duro, helador, en donde la esperanza brilla entre las nubes borrascosas y oscuras de Lousiana.