Y murió el Maestro de la guitarra española. El embajador de nuestra cultura, de la música, de una manera de vivir el arte e interpretarlo. Pero no nos dejó huérfanos. Su testamento musical, amplio en grabaciones y conciertos, se completa con su obra póstuma, dedicada a la copla, a la canción española.
Con su arte al tocar la guitarra homenajea a un género castigado por el tiempo, y consigue imprimir con su maestría aire nuevo en su interpretación, que junto al clasicismo de las obras, recupera para el aficionado, una serie de temas, que conocemos, pero que suenan diferente, a Paco de Lucía.
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