Esta es la ópera prima del director Derek Cianfrane, cuya película se estrenó en el año 2.010 y está interpretada por Ryan Gosling y Michelle Williams, dos de los actores con más calidad en la actualidad. Los dos fueron nominados a los globos de oro y en particular, Williams fue nominada al oscar a la mejor actriz. Realmente nos encontramos ante unas interpretaciones difíciles, muy contenidas, que destilan tensión, sentimientos y desengaños a raudales. Los dos actores consiguen transmitirnos la desesperación que el director quiere hacernos llegar mediante su interpretación.
La trama de la película no es nueva. Dos solitarios personajes se encuentran en un momentos de su vida y deciden unirse en matrimonio. Son jóvenes y las circunstancias y el amor les han llevado a tomar esa decisión. Algunos años después, los sentimientos han cambiado y poco a poco la erosión en su relación va haciendo mella en su vida en común. Mediante flashbacks, el director nos muestra los distintos momentos de la vida común de estos dos atormentados personajes, desde que se conocieron por primera vez hasta el presente, donde se desenvuelve la película. Transcurre desde que el amor y la inocencia lo inundaba todo en sus vidas, hasta la actualidad, en la que realmente poco se tienen que decir y la comunicación no tiene salida entre los dos personajes. La pérdida de su perro y la decisión de pasar una noche romántica en un motel, serán los detonantes que modulan toda la trama de la película y nos lleve a momentos de tensión contenida, una tensión de sentimientos, de miradas, que hacen que el espectador se encuentre ante momentos realmente incomodos. Y esto precisamente es el punto fuerte de la película. Cómo el director es capaz de trasladar esa incomunicación y falta de amor, mediante momentos de auténtica tensión, especialmente, los vividos en la habitación del motel.
