Marta Wainwright ha vivido toda su vida rodeada de músicos (su familia al completo se ha dedicado a la música) y no es de extrañar que un buen día, en 2005 contando 29 años decidiera probar el el mundo discográfico. Si bien desde niña había cantado a nivel amateur e incluso en 1998 había grabado una canción de su madre, a estas alturas de 2013, Marta ya tiene en la calle cuatro Lp´s. El último salió a la venta a finales del 2012 y es ahora, cuando lo presenta en Madrid ante sus incondicionales.
De voz clara y dulce, con un fantástico timbre, esta cantautora ha realizado un trabajo intimista, muy personal, que generalmente presenta en solitario, con el único acompañamiento de su guitarra. Como ella dice la situación económica actual le ha forzado a ejercer de trovadora por obligación. Un disco sentido y que vale la pena escuchar tranquilamente y con mucho sosiego. Un último comentario, no os dejéis guiar por la portada del disco, que sin duda recuerda a los diseños psicodélicos de los años 80. Afortunadamente en esta ocasión el exterior no tiene nada que ver con el interior, lleno de buenas canciones para escuchar y desconectar.