Etiquetas

lunes, 12 de septiembre de 2022

"La Barraca" - Vicente Blasco Ibáñez

Unas tierras abandonadas desde hace años, como consecuencia de unos hechos sangrientos que marcaron aquella zona de cultivos, barracas y pobres gentes valencianas, protagonizan esta novela de Vicente Blasco Ibáñez publicada en 1898.  Cuando, de repente un día, aparece por los caminos una familia que dirige sus pasos a aquellas tierras ahora yermas, sentimientos de rabia, venganza y superstición afloran entre sus vecinos y muestran todo el odio provocado por la dureza de aquellas tierras, la avaricia de sus arrendatarios y la pobreza de unas gentes destinadas a sufrir una vida de miseria e infortunio.

El novelista valenciano, republicano de pro y especialmente crítico con las grandes élites y aristocracias latifundistas del país, realiza un duro ataque contra quienes en su situación económica de privilegio se aprovecharon durante gran parte del siglo XIX de quienes luchaban día a día por sacar fruto y comida a unas tierras que exigían al agricultor todas las horas del día y sacrificio sin límite, para conseguir cuatro duros, pagar al propietario y quedarse con lo mínimo para comer y repetir la rutina de su vida año a año. Daba igual si a temporada traía sequía o enfermedades, la renta había que pagarla igual, más allá de las penurias que sufriera el arrendatario. Con este poso real y cruel de aquella España, Don Vicente nos presenta esa realidad aumentada en el paisaje de sus queridas tierras valencianas, llenas de características especiales, altamente costumbristas y de carácter que identifican a aquella zona del levante español.

Porque estamos, sin duda alguna, ante una novela eminentemente valenciana. No solo nos traslada las costumbres tan propias de aquella región, sino que además, el autor nos presenta una forma de ser enmarcada en las reacciones y querencias de aquellos hombres y mujeres llenos de resquemor y memoria, aliñados con un tanto de superstición y mucho de pobreza añadida. En este caso, la envidia, característica tan humana, mezclada con ciertos valores enmascarados en la amistad y el odio al amo, se fusionan con la presencia del extraño, el que llega de otras tierras y busca un nuevo hogar donde echar nuevas raíces. El odio renace ante el desconocido, que no solo viene de Dios sabe donde, sino que para más inri, solo busca salir adelante a base de trabajo y esfuerzo, mientras otros, sus vecinos, llevan años intentando sobrevivir en aquellas duras tierras baldías y dependientes del agua escasa que se reparte por voluntad humana.  Esa fobia contra el extranjero se potencia en esta terrible historia de odios y envidias, en una época y un entorno tan fértil a sacar lo peor de las personas.


Además, el escritor valenciano, aprovechando que nos cuenta esta terrible historia, nos presenta una serie de tradiciones propias de la Valencia rural y tradicional del siglo XIX. Entre los dimes y diretes por sacar provecho a una tierra potencialmente fértil a base de trabajo y esfuerzo, a la que hay que añadir el malquerer y los odios lanzados contra quienes buscan salir adelante contra viento y marea, Blasco Ibañez nos adentra en algunas tradiciones de la zona que enriquecen en gran manera su ya notable literatura y experiencia narrativa rica en matices, sentimientos y buen hacer. Me refiero a aquel capítulo en el que se presenta al lector el hacer del Tribunal de las Aguas de Valencia, tan lleno de costumbre y tradición, tan propio y único en aquellas tierras. También describe maravillosamente bien la realidad de los mercados de animales que se realizaban en las afueras de Valencia, donde se ponían a la venta buenos y malos animales de labranza y monta, para quienes buscaban la diferencia, dentro de sus complejas economías, con la que afrontar la búsqueda del fruto de aquella tierra a veces tan ingrata pero también prometedora y rica. Y resulta impactante también, la no menos interesante narración que realiza de la durísima tradición existente alrededor de la muerte, el funeral y el dolor del ser querido. 

Todos estos enfoques completan una novela costumbrista, enmarcada en el campo valenciano, absolutamente crítica, con una realidad social terrible y con la presencia del ser humano pendenciero, envidioso, cruel y egoísta, argumentos potenciados por la profunda superstición de un pueblo inculto e iletrado. Don Vicente se suma a esos escritores de su generación que asumen en sus libros una misión por mostrar la oscura realidad de una época que marcó un país y una realidad que, desgraciadamente, sigue formando parte de la idiosincrasia del valenciano, y cómo no del español, de hoy en día. Un libro indispensable en su lectura y del que hay que sacar más de una enseñanza.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.