El profesor Juan Carlos Losada, doctor en Historia por la Universidad de Barcelona ofrece en esta obra un repaso general de tres siglos de guerras y conflictos que enfrentaron a la Corona Hispánica con la Puerta Sublime en el marco del mar Mediterráneo. Lo ha hecho con una clara vocación divulgativa y con la meta de acercar al lector un texto ameno y legible, siempre en base, eso sí, al rigor y exactitud en los datos, fechas y personajes protagonistas de este largo y sangriento enfrentamiento entre dos imperios.
Dos entes de amplio espectro expansionista se mostraron mutua y abierta hostilidad en un campo de batalla tan peculiar como es el mar Mediterráneo. Tras la Guerra de Granada, el enfrentamiento entre ambos contendientes se trasladó al norte de África y al Mare Nostrum, para ocupar tres siglos de enfrentamientos continuos en los que los piratas y corsarios berberiscos tuvieron no poco protagonismo actuando bajo el patronazgo del imperio Turco. Enclaves como Orán, Argel, Túnez, Ceuta o Melilla fueron protagonistas de multitud de tiras y aflojas, ataques y asedios, como principales testigos de cargo de una batalla sin cuartel que, en algún momento de estos siglos, se situó también en tierras lejanas como en Malta, Sicilia, Italia y Grecia, globalizando este conflicto a lo largo de todo el Mediterráneo. En ocasiones, grandes flotas unieron como aliados a caballeros de Malta, genoveses, venecianos y gentes del Papa, quienes junto a las fuerzas de la Corona Española, se enfrentaron a las huestes otomanas. Sin embargo, las más de las ocasiones fueron los españoles quienes luchaban solos y en pequeños encuentros contra las galeras y navíos que asolaban las costas peninsulares mientras, con gran gasto de dineros y hombres, se buscó defender las posiciones en el norte de África. Estas grandes y pequeñas batallas, estos asedios y contragolpes, se encuentraon reunidos en este ensayo que pretende aunar años de enfrentamientos, alianzas, empeños, retiradas y mucho sufrimiento y dolor.
Para ello, el autor organiza su libro en torno a cinco grandes capítulos. El primero de ellos pretende situar al lector sobre la pista de los contendientes, su situación geopolítica, así analizar el tipo de armamento utilizado, las clases de navíos en liza y las múltiples estrategias que se tomaron a lo largo de su enfrentamiento, teniendo en cuenta que estas variaron según conveniencia, según las posibilidades e intereses de ambos bandos. Es a partir del segundo capítulo cuando Juan Carlos Losada divide los tres siglos en cuestión en cuatro grandes periodos enmarcados en diferentes reinados y variados protagonistas. La pugna por el Mediterráneo nos sitúa entre las primeras campañas de los Reyes Católicos y el gobierno de Carlos I. Es en este periodo cuando importantes líderes de las flotas berberiscas, como los renegados hermanos Barbarroja, fueron apadrinados por el Imperio Turco, en una colaboración especialmente duradera. En estos años tienen especial protagonismo la conquista de Túnez y el desastre frente a Argel. Felipe II: del gran choque a la coexistencia, incluye posiblemente los enfrentamientos más importantes, históricamente hablando, como son la defensa de Malta, el levantamiento de las Alpujarras y la batalla de Lepanto, todos ellos explicados y puestos en situación por el autor. Al final de este periodo la búsqueda de una paz duradera fue inevitable para ambas partes.
A mi me han interesado especialmente los dos últimos grandes apartados, protagonizados por los siglos XVII y XVIII. Aunque desde el siglo XVII el frente Mediterráneo pasó a un segundo plano, el conflicto con los piratas y corsarios berberiscos no declinó, e incluso aumentó tras la expulsión de los moriscos y la continua campaña contra las costas de la península, las islas Baleares, sur de Italia y Sicilia. Será una guerra continua de pequeñas batallas navales en las que la sombra del Turco se presentó entre las huestes berberiscas en forma de ayuda en hombres y material de guerra, y a la que España se tendrá que enfrentar sin descanso. Con todo, los intereses españoles fueron menguando y como consecuencia de ello, los presupuestos dirigidos a la flota mediterránea hicieron de esta una sombra lejana de los que fue años atrás. El siglo XVIII vino marcado por los intentos por mantener plazas en el norte de África, aunque la razón y las finanzas terminaron por hacer que se prescindiera de lugares emblemáticos como Orán y Mazalquivir, mientras se defiendió con uñas y carne Ceuta y Melilla. Es entonces cuando cobraronn importancia las patentes de corso en un afán por desahogar presupuestos y costos no deseados. Termina el ensayo con una pequeño capítulo dedicado a la piratería berberisca en el siglo XIX. Juan Carlos Losada ha reunido en este libro un buen resumen de las derrotas y victorias, aspiraciones y decepciones, que las dos potencias sufrieron por el control y dominio de Mediterráneo, todas ellas protagonizadas por grandes militares y marinos, crueles corsarios y piratas, espías, desertores y no pocos traidores.
Hola, Inigo.
ResponderEliminarPrecisamente, me gustaría que revisaras lo que escribí sobre Lepanto. Y te cuento que en los créditos aparecen las fotos de Desperta Ferro ediciones.
https://tigrero-literario.blogspot.com/2021/10/lepanto-la-madre-de-las-batallas-o-el.html
Le he echado un vistazo. Tras hablar de la conquista otomana de Chipre, dices que se forma la Alianza de los cristianos debido a la invasión de Sicilia... Habría que revisar esto...
EliminarTengo que revisar. pero lo que investigué es que esta segunda alianza se formó fue luego de la invasión a Chipre, no tiene nada que ver con Sicilia.
Eliminarexacto
Eliminar