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jueves, 19 de noviembre de 2020

"La heredera"

Dirigida por William Wyler en 1949, La Heredera está interpretada por Oliva de Havilland, Montgomery Clift, Ralph Richardson y Miriam Hopkins. Fue nominada a ocho premios Oscar, obteniendo cuatro de ellos, especialmente merecido el correspondiente a Mejor Actriz, por la magnífica interpretación del personaje de Catherine Sloper. La trama esta basada en la novela de Henry James, "Washington Square" en la que una hija solterona de un eminente y acaudalado médico de Nueva York, es pretendida por un apuesto joven al que conoce en un baile de sociedad. Con el beneplácito y la ayuda de su tía solterona, poco a poco, la joven Catherine se sentirá irremediablemente atraída por tan enigmático y galante muchacho. Sin embargo, el doctor Sloper, no verá con buenos ojos el romance, negándose a que vaya a más, al considerar al joven como un mero y vil caza fortunas.

El papel del doctor rígido y poco cariñoso está encarnado por el gran actor Ralph Richardson, también nominado al Oscar de aquel año y que sin embargo no consiguió. Su personaje resulta poco afectivo y más dedicado a recordar a su esposa muerta que a adular y querer a su hija soltera y entrada en años. La da por perdida, ya que la timidez de la joven y su escasa belleza, denotan que se convertirá en una solterona más, eso sí, con una importante renta anual y una previsible y jugosa herencia. La relación de ambos no es especialmente fácil y en el mismo momento en el que Catherine se ve agraciada y cortejada por el guapo joven, interpretado por Montgomery Clift, no solo caerá a sus pies, sino que además resolverá enfrentarse a su padre. Ante esta posibilidad la renta y herencia de la joven parecen peligrar desde el punto de vista del sobre protector y lejano padre. Por supuesto el drama se palpa en un romance a primera vista complicado, en donde el dinero parece ser una importante pieza de toque.
El gran William Wyler traslada a pantalla con gran elegancia y capacidad de dirección la visión que el autor de la novela, Henry James, tiene sobre alta burguesía de Nueva York. Los ambientes en que se mueven, las grandes y ricamente decoradas casas y la vida de sociedad de estas personas, está perfectamente definida en las escenas de interior, prácticamente todas, que reúne la película. La ambientación, el vestuario y la dirección artística es exquisita, haciéndose con sendos premios Oscar en su categoría, a pesar de no poder disfrutar del color que seguro inunda las casas y los vestidos. Además también fue agraciada por la Mejor Banda Sonora.
Pero donde más acierta el director es en la dirección de actores y actrices, formando el cuarteto protagonista, un elenco que alcanza niveles de calidad importantes, especialmente un notable Richardson y una maravillosa y acertadísima Oliva de Havilland, en uno de sus papeles estelares. No hay más que recordar la escena final de la película para estremecerse en su interpretación de la heredera soltera, en la decisión más difícil y cruda de su vida. Sus miradas de ingenuidad a lo largo de la película y su brillo en los ojos ante el galán Montgomery Clift, supuran inocencia y emoción en presencia del ávido e impetuoso joven. Ese juego de roles, de tira y daca, muestra lo mejor del director y sus intérpretes. Nos encontramos con una flamante película, todo un clásico, de los que hay que disfrutar de vez en cuando. Imprescindible.


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