Originalmente creada para Atresmedia, su producción se abandonó en 2016 para ser recuperada milagrosamente por Movistar + y estrenada en 2019. Y sin embargo no ha sido hasta las fechas marcadas por el confinamiento por el coronavirus, cuando me puse ante la televisión para disfrutar de este producto patrio de gran calidad.
La serie se desarrolla en la isla de Hierro, a donde llega destinada como titular de su juzgado, Candela Montes, interpretada por Candela Peña. Le acompaña su hijo discapacitado. Nada más llegar a su puesto no solo tendrá que lidiar con la secretaria del juzgado y su manera de llevar el despacho, sino que además, la Guardia Civil encuentra un cadáver de un popular joven que iba a casarse ese mismo día. Candela es una jueza de convicción y férreo comportamiento, lo que hace que en principio, el sargento al mando del puesto de la Guardia Civil la encuentre incómoda por su trabajo cercano a la investigación. Las pistas del supuesto homicidio circulan entre el círculo de amigos del fallecido y alrededor suegro del muchacho, Antonio Díaz, un hombre que en su pasado ya había pasado por la cárcel y con una sucia reputación en la isla. A partir de aquí, la investigación del caso llevará a jueza y a la Guardia Civil a seguir diferente derroteros en base a las pistas y sucesos que se van sucediendo conforme avanza la serie.
Varios factores hacen de esta serie un producto interesante y recomendable. En primer lugar el entorno en el que se desarrolla. La belleza, lo inhóspito de sus paisajes, hacen de ella un entorno perfecto para desarrollar una historia de suspense, en la que la sensación de claustrofobia en la investigación, acompaña a las mil delicias, el espíritu de esta producción. La fotografía y la toma de vistas aéreas, conjugan a la perfección con las casas, las gentes y sus costumbres, en la consecución de los creadores por construir un decorado, un escenario en el que el espectador se adentre, sin sufrir la pérdida de su atención en el caso y los personajes sobre los que se basa. En segundo lugar, hay que reconocer el gran acierto en la selección del plantel interpretativo. Candela Peña está sobresaliente, en un papel en el que ha aprendido y encarnado las asperezas y burocracias de un juzgado y su buen hacer ante un caso de presunto asesinato y la estructura de mando y ejercicio de la investigación. Pero es que además, encarna a la mujer y madre, relegada a una lejana isla, con solvente convicción. No olvido a un gran Darío Grandinetti en el papel de Antonio Díaz, aportando una gran y fresca interpretación. Gran actor el que nos encontramos encarnando al personaje con más aristas y claroscuros de la serie.
Todo esto no tendría sentido si no nos encontráramos con una trama y un caso interesante, en el que se plantean varios vericuetos y ramificaciones. Asuntos de contrabando y drogas, traiciones, engaños, y complejas y sibilinas relaciones personales. fluyen en los capítulos desarrollados en una isla como esta, de apenas doscientos setenta kilómetros cuadrados y casi doce mil habitantes. Como siempre en estos casos, no todo es lo que parece ser, con lo que el juego del suspense y misterio se muestra como protagonista de una serie muy bien producida y magníficamente interpretada. Debido al éxito cosechado en breve tendremos segunda temporada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.