Esta miniserie coproducida por EEUU y Alemania, describe la huida de una joven casada, de una comunidad ultra ortodoxa judía de Nueva York. Está basada, de aquella manera, en la biografía de una joven de esa comunidad, que cuenta las experiencias de su matrimonio y la decisión de escapar de ella. Y digo de aquella manera, porque la serie se separa un tanto de las memorias de la joven real. Algo que explicaré más adelante aunque sea para mostrar el hándicap que supone incluir en parte de la serie un escenario y unos hechos que no casan con la experiencia real de la autora de las memorias.
La protagonista vivía con sus abuelos antes de casarse. Su madre se había divorciado de su marido y había sido expulsada de la comunidad, yéndose a vivir a Alemania, dejando a su hija de corta edad con sus padres. El día a día en la comunidad sionista no resulta fácil. Los rezos ocupan gran parte de los actos realizados en la cotidianeidad del día y la mujer es considerada poco más allá del elemento de la familia que debe llevar la casa, procrear hijos o servir de celestina. Como se ha hecho siempre en su tradición, los matrimonios son concertados y generalmente las mujeres casan muy jóvenes. Es aquí donde nos encontramos con la protagonista, quien pasa de ser una joven adolescente a tener que convertirse en mujer, esposa y madre, sin apenas conocer nada de su cuerpo ni la complejidad de la relación, tanto afectiva como sexual, con un hombre.
La mini serie comienza con su huida, ya estando casada, a Berlín, donde reside su madre. A partir de este momento, los flashbacks se suceden para intercalar su primeros días en la capital alemana con los sucedido desde que la comprometen al casamiento y decide escaparse de Nueva York. Desde luego debo avanzar, que me ha resultado especialmente interesante la parte desarrollada en el micro universo de la comunidad judía ultra ortodoxa. Su mentalidad, costumbres, fobias por lo moderno o los recuerdos generados por el sufrimiento de su pueblo a lo largo de la historia, están bien desarrollados y contados desde la visión de la joven y sus allegados. Sin duda, solo por esta parte, merece y mucho disfrutar de la miniserie. Por esto y por la magnífica interpretación de la actriz Shira Haas. Por cierto gran parte de la serie está hablada en yiddish.
Sin embargo, la parte que sucede en Berlín no termina de ser creíble. Y aquí empalmo con lo que he comentado en el primer párrafo. La original protagonista, en su vida real, se casó de manera concertada tal como se cuenta, pero no vivió siempre dentro de la comunidad. Es más, la joven no escapó en un principio a Alemania, sino que vivió unos años en Nueva York. Es esta la razón de lo increíble de la miniserie, en la que la joven, llega a un Berlín desconocido para ella y le suceden algunas circunstancias difícilmente creíbles, francamente. Entiendo que el director ha querido jugar con los sentimientos del espectador empatizando y edulcorando la huida de la joven y el resultado final. No sigo porque no es mi función desvelar porqué derroteros sigue la serie. Eso lo tendréis que ir descubriendo vosotros mismos si veis la serie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.