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martes, 28 de julio de 2020

"El veredicto (La ley del menor)

Basada en una novela de Ian McEwan publicada en 2015 y con guion del mismo autor, La ley del menor nos presenta las experiencias de una juez británica titular de un tribunal de menores. Sus casos le plantean serios y complejos problemas éticos, frente a los cuales debe interpretar la ley en un afán por hacer justicia conforme a la legislación vigente y en aras de dictar justicia. Un día llega a su sala el caso de un joven testigo de Jehová aquejado de una leucemia. Sus médicos recomiendan un tratamiento que necesita de una transfusión de sangre, a lo que se niegan sus padres y él mismo, por motivos religiosos y en su afán por no traicionar sus profundas creencias. En ese mismo momento el matrimonio de la protagonista pasa por una profunda crisis, lo que la lleva a implicarse en su caso desde una perspectiva más personal. Su argumentada decisión  judicial la colocará en una incómoda situación, por lo que su profesionalidad y sus sentimientos sufrirán un dilema vital y ético.
Soy un gran aficionado a la literatura de Ian McEwan y reconozco en seguida su estilo y temática en el guion de esta película. Los dilemas éticos, las decisiones vitales, cierto aura de contenido sexual y el enfoque directo y profundo que engloba al ser humano y sus relaciones sentimentales, son asuntos que entran dentro de las tramas de este novelista de prestigio. Todas ellas las podemos encontrar en la película que hoy reseño. Emma Thompson interpreta a la protagonista, Fiona Maye. Su vida está dedicada de pleno a su trabajo, hasta el punto que la relación con su esposo, ya sea afectiva, sexual o simplemente matrimonial, hace aguas. Sin embargo, ¿esta situación no es algo habitual en la vida marital de gran parte de la población? Ella ni siquiera se ha dado cuenta del problema y el planteamiento de su marido la descoloca, pero también le hace cambiar el planteamiento en la percepción del nuevo caso que acaba de llegar al tribunal. Su crisis matrimonial la humaniza y la hace implicarse más personalmente en la situación del joven testigo de Jehová. Thomson realiza una gran actuación en el papel de una mujer madura, tocada por la situación de su matrimonio y por el ángel del joven sobre el que debe decidir su tratamiento. Pero esta nueva visión de su caso la enfrentará a otro dilema personal, que la toma totalmente desprevenida y por sorpresa.
Por otro lado, tenemos el personaje del joven con leucemia, encarnado por Fion Whitehead, al que ya tuvimos la oportunidad de ver protagonizando la película Dunkerque. Es muy interesante vislumbrar el poder de la religión y de los padres, en la visión de la vida y el destino en su lucha entre, sobrevivir traicionando sus creencias o dejar en manos de dios la viabilidad vital del muchacho. Sus padres sufren y lloran por él, pero tampoco  quieren perder a su hijo. Quizás ellos lo tengan claro, pero la mente del chaval entra en un estado de ofuscación terrible, lo que le lleva a aferrarse a una nueva esperanza una figura que supla a dios y a sus padres. Este es uno de los dilemas que nos presenta el autor y que son presentados en esta película por el notorio director británico Richard Eyre, tan proclive a abordar asuntos escabrosos y profundamente humanos, como hizo en películas como Iris o Diario de un escándalo. Especialista en versiones para televisión de clásicos de Shakespeare muestra, sobre todo en la primera mitad de la película, un seguro conocimiento y dominio pleno en la dirección de sus actores, especialmente una monumental Emma Thompson. Si bien, en su último tramo, la película pierde fuerza, resulta en su conjunto final una propuesta interesante y de elegante presentación que no debe propiciar otra cosa que acudir de inmediato a la lectura de la novela en la que se basa, que es algo que voy a hacer en cuanto le encuentre su merecido hueco.

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