Sin duda, una de las batallas más definitivas en lo que respecta a la historia del lugar en donde aconteció, en Inglaterra. La victoria de Guillermo el conquistador de Normandía, dio entrada en la isla y de manera definitiva, a los normandos de las costas de Francia y se asentó en su trono una nueva dinastía unificadora y fuerte, que solucionó de una tacada todos los problemas dinásticos y hereditarios arrastrados desde hacía años en aquellas tierras. Siempre nos quedará la duda de si su legitimidad estaba por encima o no, de la de Haroldo, a quién derrotó en aquella batalla que todavía mantiene algunas sombras, que los artículos de este número nos intentan desentrañar... Esto y mucho más.
Los dos primeros artículos son claves para entender los entresijos de la Inglaterra anglosajona desde principios del siglo IX. La implicación de las sucesivas invasiones de daneses y noruegos marcaron una imagen geopolítica de aquel territorio confusa, voluble y poco estable. Es más, los matrimonios celebrados y la falta de hijos, en unos casos, y la aparición de otros, en otros casos, más allá de las aspiraciones territoriales de todos los jugadores del tablero y su lucha por el poder, provocaron una situación de guerra casi continua, a excepción de cierta pacificación disfrutada en el reinado de Eduardo el Confesor. Precisamente con su muerte encontramos el punto de partida de la fase final de una época tan apasionante como compleja. Qué mejor ayuda para hacernos una idea de esta complejidad, que disfrutar y recorrer el gran árbol genealógico de las dinastías en juego, que nos ofrece el segundo artículo.
Los dos siguientes artículos profundizan en lo que hasta ahora conocemos de los dos ejércitos que se enfrentaron en Hastings. Sajones y normandos no se diferenciaban en exceso en sus prácticas. El muro de escudos y el enfrentamiento por presión y avance primaban en aquella época. Los sajones disfrutaban de un elemento poderoso como era el hacha de dos manos, que bien utilizada y apoyada por el resto de infantes, podía hacer mucho daño a quienes se enfrentara. Sin embargo la caballería y el uso de arqueros, desniveló un tanto la partida, más allá de la experiencia de Guillermo en batalla en los años anteriores al enfrentamiento. Tras estos artículos introductorios, el número se lanza a detallar las dos batallas que se sucedieron aquellos días. La primera, en Stanfrod Bridge, donde Haroldo venció a su hermano Tostig y a su aliado, el rey noruego Hardrada. Una invasión que coincidió en el tiempo por mera casualidad, según dicen los articulistas, con el desembarco de Guillermo por el sur. Si bien Haroldo llegó con cierto tiempo para enfrenarse con el normando, el resultado de la batalla de Hastings, fue contraria a la acontecida en los días anteriores.
Para terminar, Desperta Ferro nos ofrece un artículo en el que desarrolla la implantación de los normandos en Inglaterra, sus novedades aplicadas y la normalización de su presencia con el respeto a cierto "status quo" sajón. Eso sí, los cambios fomentados situaron a personas de confianza y como no, de origen normando, en lugares de preeminencia, provocando una cierta revolución de cierta importancia en lo referente a la Iglesia y las órdenes monásticas, más allá de los avances promovidos en la arquitectura de edificios religiosos.
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