Ambientada en la Praga de Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico a principios del siglo XVII, esta novela es la última publicación del Benjamin Black, seudónimo de John Banville cuando sus letras derivan hacia la novela negra. Sin embargo, en esta ocasión, el autor traslada la historia de misterio a una época en la que no se había adentrado antes. Quizás, en su afán por aportar los misteriosos componentes de la alquimia al juego de suspense que propone al lector, una de las aficiones del emperador, el bueno de Banville viaja siglos atrás para presentar en las páginas del libro un asesinato y su investigación, en una Praga en la que los equilibrios de poder son especialmente sensibles y el pulso entre las potencias y la lucha de religión, marcan la actualidad más tensa en la corte.
Christian Stern, un joven recién llegado a la ciudad. En su búsqueda de ascendiente para entrar a las órdenes de Rodolfo II, se ve mezclado en un sinfín intrigas palaciegas, al encontrar el cuerpo sin vida de una joven en pleno Callejón de Oro. Un sueño del emperador, lo sitúa en medio de la investigación para conocer al asesino, en un momento crítico en la lucha de poder en palacio. Los implicados, tanto representantes de la administración de la corte, como de la Iglesia, e incluso de la cama más íntima de Rodolfo, juegan una partida de ajedrez, en la que el joven protagonista es un peón al que manejar y manipular, en aras de conseguir vencer a la facción contraria.
Benjamin Black introduce al lector en las calles de Praga con cierto acierto, especialmente en la descripción del entorno más cercano del emperador, aún teniendo en cuenta que mucho de lo que se habla en la novela e incluso de algunos personajes, no deja de ser meros inventos del propio autor. Con todo, la descripción de palacio y de las salas que lo ocupan, así como de las aficiones de Rodolfo II, tanto en lo que se refiere a la relojería, la astronomía o el arte, además de su gusto por la alquimia y las ciencias ocultas, muestran un peculiar y atrayente escenario sobre el que volcar la novela y su trama. Los personajes secundarios juegan en el argumento de la novela ofreciendo mil aristas y claroscuros, y balanceando a Stern en su investigación. Quizás, éstos resulten más redondos que el propio protagonista que no deja de ser un mero instrumento del autor para describir y plasmar las luchas de poder por controlar a Rodolfo y su posible sucesor.
Con todo, y aparte del asunto de la ambientación de Praga y el contexto histórico, debo decir que esta novela de Black, me ha parecido en general algo flojilla. Le cuesta avanzar y los devaneos románticos y sexuales del protagonista no aportan nada a la trama, a excepción de la presencia de la amante de Rodolfo, personaje, por otro lado, bien construido. Respecto al objeto de la investigación, es cierto que sirve de instrumento para plantear la convulsa situación política del Imperio, pero no termina de ensamblar bien la estructura con el final del libro. Es más, perfectamente se podría haber construido esta novela con cien páginas menos y realmente poco o nada se habría quedado por el camino. La pretendida trama fantástica con la que salpica sus páginas se diluye en la nada, mientras que el mero asesinato a discernir se ve superado en creces por el peso del Estado, quitándole gracia a la investigación en sí, dando como resultado un descafeinado ejemplo de novela negra. A fin de cuentas, he salido un tanto decepcionado de su lectura. Qué le vamos a hacer. Me he encontrado con un flojito ejercicio de suspense, quizás mal acompañado narrativamente hablando.
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