Quizás una de las sorpresas del año, esta serie estrenada en el Canal + nos traslada al Nueva York de principios del siglo XX, más concretamente al hospital Knickerbocker, en el que tras la muerte de su cirujano titular, toma protagonismo su ayudante, el espléndido e innovador John Thackery, que al parecer está inspirado en un famoso médico de la época, llamado William Stewart Hasteld.
De una factura visual notable, la serie no solo nos imbuye de las técnicas y maniobras médicas en una época en la que la investigación y las novedades técnicas estaban al orden el día, a pesar de la cantidad de sacrificios en vidas invertidos en ello. Además, de manera muy acertada, su director, el archiconocido Steven Soderbergh, se sumerge en los problemas sociales y personales, propios de una época, en la que los convencionalismos y tradiciones, eran todavía muy difíciles de transgredir. Si a esto añadimos la inclusión del problema de las drogas, en unos inicios en los que su uso, muchas veces era terapéutico, tenemos un complejo trama en el que las experiencias médicas, se mezclan con los problemas económicos, morales e incluso de ámbito sexual.
Inteligente por otra parte, la inclusión del tema racial, en un país con un alto componente de población negra, que debía ser tratada en hospitales especiales. Por supuesto, el ejercicio de la medicina por alguno de sus componentes y el ámbito social que los rodeaba, estaba terriblemente restringido. Un conglomerado interesante de temas, que unido a una interpretación fiel de la época en la que transcurre la serie, completa un experimento interesante y con grandes posibilidades.
Al respecto de los intérpretes, valorar el trabajo en el papel del protagonista, del actor Clive Owen, en un pérfil diferente a lo realizado hasta ahora, en la que mezcla la brillantez del científico inteligente y lleno de ego, con su dependencia cada vez más obsesiva hacia la cocaína. Esto nos recuerda más que ligeramente a protagonista de la serie "House", aunque creo ver el personaje de Thackery más complejo y completo en detalles y dramatismo.
Los demás actores y actrices complementan un conjunto lleno de buenas interpretaciones. Desde el médico negro que consigue abrirse camino en su carrera, interpretado por Andre Hollnad; pasando por Cara Seymour, encajando un espléndido papel como la monja abortista; la carismática y dedicada hija del propietario del hospital, encarnada por la actriz Juliet Rylance; el gerente del Knicker, con un Jeremy Bobb ajustado al personaje del administrador ahogado por sus deudas; el papel casi Shackespiriano del enfermero aprovechado e irónico, cuyo rol encarna Chris Sullivan o la enfermera joven y bella, casi servil, que interpreta la actriz Eve Hewson. En definitiva un gran reparto para una serie inteligente, efectiva y desbordante en calidad visual y técnica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.