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jueves, 19 de junio de 2014

"Mad Men" - Temporada 7 (1ª parte)

Veteranísima y muy premiada serie de la productora AMC, "Mad Men" ha llegado a la séptima temporada gracias a un elenco de actores y actrices muy equilibrado, una temática diferente a todo lo realizado hasta ahora, una excelente ambientación y sobre todo un esmerado guión que entrelaza las tramas más personales con el devenir de la empresa de publicidad, sobre la que se centra la vida de los protagonistas. A estas alturas no entraré a definir las personalidades y excentricidades de todos ellos, porque sus historias son casi nuestras y sus debilidades y fortalezas son de todos conocidos. Lo interesante de cada temporada es como cada uno de ellos y ellas, se enfrentan ante las disyuntivas y situaciones que los guionistas de las serie les presentan en cada capítulo.
Dejamos la anterior temporada a Don Draper fuera de la empresa, castigado por los demás socios a tomarse unas vacaciones, mientras algunos de ellos esperan firmemente quitárselo de encima. La situación de Draper no es la deseada. Sigue en la publicidad, pero se encuentra huérfano sin poder jugar en el equipo al que ha pertenecido toda la vida y por otro lado, su relación con su esposa, Megan, no termina de cimentarse, entre Nueva York y Los Angeles. Peggy Olson, por fin tiene el puesto deseado en la compañía, pero aún así la sombra de Draper le acompaña en cada trabajo que realiza. En un momento dado, Don goza la posibilidad de volver a su trabajo, pero bajo la supervisión de Peggy y aceptando duras condiciones, y es aquí cuando se viven verdaderas escenas de calidad, en las que Peggy protagoniza una terrible lucha por defender su visión de como presentar el proyecto de una marca de comida rápida... y no cuento más. Esta situación en la empresa juega paralela al acontecimiento de la llegada del hombre a la luna en 1969. 
Precisamente la idea original de abrir sucursal en California, no termina de cuajar, Pete Campbell y Ted Chaough difieren en sus posturas. La empresa no se define en un mercado cada vez más duro y la presión interna para que Draper deje la sociedad obliga a tomar una determinación que quizás salve  a los socios de una autodestrucción anunciada. El último capítulo culmina con la buena noticia de la salvación de la sociedad, con Draper incluido, pero sufrirá la baja de uno de los más queridos y veteranos socios de la empresa, que se despedirá con un precioso y edificante número musical, tan emocionante como sorprendente, que pondrá el prefecto colofón al final de esta media temporada de 7 capítulos, a la espera de los que depare su segunda parte, venidera el próximo año. 
La serie sigue disfrutando del estilo elegante, diferenciador y con clase que la ha definido desde el principio. Los años sesenta están por finalizar. La guerra de Vietnam continúa, Neil Amstrong ha llegado a la luna, los hippies campan por EEUU a sus anchas, a pesar de lo que piensen sus familias más tradicionales, el racismo sigue aflorando en la vida cotidiana, las empresas se fusionan y globalizan y por ello, la empresa de nuestros protagonistas busca una salida en la modernidad. Los ordenadores se infiltran en la vida de las oficinas, las alianzas empresariales juegan en un mundo cada vez más pequeño y la visión de las familas más desestructuralizadas empieza a aparecer en la sociedad norteamericana, donde la mujer cada vez tiene más fuerza y espacio en el entorno laboral.
Y todo ello tiene su espacio en una serie que siempre ha sabido describir la sociedad que avanza con el devenir de los años, paralelamente a las vivencias de la empresa de publicidad protagonista de la serie. Un producto que avanza pausadamente, sin armar mucho ruido, pero que ha ensamblado una estructura de tanta solidez argumental, que resulta francamente refrescante y apasionante seguir día a día las interioridades de sus protagonistas y sus éxitos profesionales.