Filipo II de Macedonia. Hijo de rey, hermano de rey y padre de rey, este personaje histórico, conocido más por su hijo Alejandro Magno, que por sus propios logros, es el protagonista del nº 21 de la revista Desperta Ferro, dedicada a la Historia Antigua y Medieval.
Y sin embargo, como nos cuenta este número, el gran Filipo, ya sea por sus dotes de estadista y estratego, por la debilidad de las hasta entonces poderosas polis griegas o simplemente por estar en el momento justo en el lugar indicado, se convirtió en árbitro y máximo dominador de la geo-política de Grecia en el siglo IV a.C.
De manera cronológica se van presentando diversos artículos que nos cuentan el origen del reino de Macedonia, sus luchas internas y externas, hasta la consecución del reino en Filipo II, sus conquistas, terminando con la alianza griega alrededor de su figura, sus planes para conquistar Asia Menor y su muerte producida en extrañas circunstancias.
Importante mención es la referida a la reforma profunda y significativa de la infantería y la caballería de los ejércitos de Macedonia. Por un lado, la modificación del armamento de la infantería con el uso masivo de las sarissai o largas picas, complementadas con escudos más pequeños y livianos, que daban más profundidad de batalla a las falanges de Filipo, ante las anteriormente invencibles falanges de los hoplitas clásicos. Si esto lo complementamos con el uso de una caballería, menos auxiliar que antes y utilizada como cuerpo pesado y de choque, nos encontramos con una armada revolucionaria que dominará los campos de batalla desde los encuentros de Filipo en Campo de Azafrán y Queronéa hasta las posteriores victorias de Alejandro en Gránico, Isos y Gaugamela.
Queda claro que ante la debilidad y ruptura de las distintas polis griegas, Filipo supo conjugar su capacidad militar con su habilidad ante una Grecia necesitada de un líder fuerte y conjugador de los valores panhelenistas. Si bien su actuación podría ser interesada o no, consiguió aunar en su figura a los griegos, y que mejor que una vez terminadas las desavenencias entre ellos, buscar un denominador común a su causa: la venganza y conquista de Asia Menor, contra los que anteriormente asolaron y dividieron a los griegos, los persas. Su muerte malogró sus futuras conquistas pero no así las de su hijo Alejandro, que al haber heredado la unión de las polis, el ejército más fuerte del momento y la idea de panhelenismo, llevo a cabo las conquistas que le hicieron famoso.
Un número el que reseño, gratificante, interesante y altamente divulgativo que nos descubre al rey Filipo II que, sumando y aunando fines y estrategias logró plantar los cimientos de una Macedonia fuerte e invencible.
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