Hace unos días revisioné uno de los thillers mejor dirigidos e interpretados de los últimos años. Se trata de la película The International realizada en 2009 por Tom Tykwer e interpretada por Clive Owen y Naomi Watts. Su trama nos presenta a un agente de la Interpol y una ayudante de la fiscalía de Nueva York, durante la investigación de ciertas maniobras delictivas cometidas por un gran banco internacional. Los protagonistas siguen las pistas dejadas por algunas operaciones financieras relacionadas con el contrabando de armas, que llevarían a este gran banco a dominar y manipular a diversos países en guerra del tercer mundo, mediante la deuda generada por la compra masiva de armas. Mediante pactos con determinadas empresas internacionales y con la mediación de este gran banco, se convertirían en árbitros de estos conflictos bélicos.
La película juega con un equilibrio muy acertado, con el suspense creado por el asunto a investigar y la acción, que a cuenta gotas, va sucediendo a lo largo de la película. Además, los sucesos tienen lugar en varias ciudades del mundo, lo que nos lleva a visitarlas junto con los protagonistas. Milán, Nueva York, Berlín y Estambul, forman parte del decorado de este más que notable film. El director maneja con ritmo y buen pulso, las escenas de la investigación por medio de diálogos que nos van dirigiendo hacia las pistas que los investigadores van encontrando conforme pasa la película. Además el uso de la cámara, ensambla perfectamente con un guión que nos lleva de un personaje a otro y de país a país, con una capacidad notable para situarnos en una u otra situación o escena. Llamo la atención en la parte de la película que se desarrolla en Nueva York y puntualmente en la escena del tiroteo producido en el Museo Guggenheim. Magníficamente resuelta, con una crudeza muy real y un montaje espléndidamente realizado, nos encontramos con una de las secuencias de acción en interiores mejor llevada al cine del último decenio.
La pareja protagonista interpreta más que solventemente sus papeles y soportan ampliamente el peso de la trama. Llamar la atención sobre las buenas interpretaciones de dos secundarios. Por un lado el veterano Armin Mueller-Stahl y por otro, Bryan F. O. Byrne. Como decía antes, esta es una de las películas que, mejor representan en el actual momento, el cine de género thriller. Mezclándose los intereses de grandes lobbys con la intervención de bancos internacionales, con el objetivo de controlar determinados aspectos de la economía o la política mundial, se crea una película llena de suspense y juego de poder. Naomi Watts y Clive Owen, desde su posición de inferioridad en la historia frente a tan poderosos enemigos, intentarán llevar ante la justicia a los culpables de estas conspiraciones.