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jueves, 4 de julio de 2024

"El ojo de la aguja"

 

Dirigida en 1981 por el director Richard Maquand, el mismo que dirigió El retorno del Jedi y con pocos más títulos a su espalda, este thriller de espionaje, es una adaptación de la novela de Ken Follet titulada La isla de las tormentas, publicada en 1978 y su primer gran éxito literario. Su trama se centra en un agente nazi en la Inglaterra de la 2º Guerra Mundial. En vísperas del comienzo de la Operación Overlord, le comunican desde Alemania que investigue dónde va a materializarse la esperada invasión de Francia, en Calais donde parece que Patton está preparando el desembarco, o Normandía, la otra opción probable para recibir el ataque aliado. El agente alemán logra obtener pistas del lugar donde acontecerá la invasión pero en su huida para regresar a Alemania e informar a Hitler, naufraga en una solitaria isla de Escocia donde vive un matrimonio con su hijo pequeño y un farero borrachín.
La película va más allá de tratarse una mera película de espionaje. Entiendo que la adaptación de la novela de Ken Follet respeta las situaciones y personajes incluidas en la película, por lo que hay que decir, a falta de haberla leído, la trama incluye interesantes variantes dramáticas que implementan con acierto lo que va a ir aconteciendo a lo largo del film. En primer lugar tenemos la presencia omnipresente del espía, interpretado por un majestuoso Donald Sutherland. Su caracterización nos presenta a un personaje ducho en su trabajo. Su capacidad de mimetizarse en Inglaterra se complementa con un carácter embaucador frente a las mujeres a las que maneja con soltura, como si de un don Juan se tratara. Además de ello, si la situación lo necesitara no duda en sacar una impresionante navaja para acabar con los obstáculos que se pongan enfrente, a lo que suma ser un hombre de recursos. Donald Sutherland aprovecha su presencia, sus embaucadores ojos azules y su sonrisa para acometer una de sus mejores interpretaciones de su carrera. Sin ser el prototipo de actor guapo, consigue convencernos de su capacidad seductora aparentemente sin esfuerzo.
Luego tenemos al matrimonio que vive en la isla. Un matrimonio desgraciado tras lo sucedido el día de su boda cuatro años antes. Lo que prometía ser una pareja de guapos y enamorados cónyuges se convierte en una vida de rencor, miedo y pocas relaciones íntimas. Esto provoca en la mujer, encarnada por la sensual y acertadísima en su papel Kate Nelligan, una serie de sentimientos encontrados cuando el misterioso y seductor espía llega a la isla, provocando una serie de situaciones especialmente tensas. Esta combinación de la actuación del espía en su intento de finiquitar su misión, y los sentimientos encontrados de la joven esposa, crean el perfecto ambiente de suspense y tensión que aporta esta espléndida película. La última media hora del film es impecable en su presentación de la tensión acumulada, el miedo generado y la desesperación ante la verdad descubierta, todo ello de noche y bajo una terrible tormenta.
Si a todo esto unimos la investigación de la policía y el ejército en descubrir, no solo al espía antes de que pase la información al enemigo, sino también localizar y detener a un asesino sin escrúpulos, completamos la perfecta tormenta a la que solo bastaría sumar la localización en la que suceden los hechos en la película. Me refiero a la recóndita y solitaria isla escocesa, en donde a la soledad, se une la dura y tormentosa meteorología de un lugar alejado de la mano de Dios y de cualquier tipo de ayuda in extremis. Todo lo cual, sumado a lo anterior, nos presenta el perfecto escenario para culminar esta gran película interpretada por una sugerente Kate Nelligan y un enorme Donald Sutherland. Imprescindible.





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