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lunes, 4 de diciembre de 2023

"Las guerras de Stalin. De la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Fría, 1939 - 1953" - Geoffrey Roberts

 
La figura del Stalin, estadista y líder de la Unión Soviética, ha sufrido a lo largo de los años diferentes visiones, especialmente dependiendo del momento y situación geopolítica del país que gobernó y de los aliados y enemigos con los que contó. Desde la época postrevolucionaria del periodo de entre guerras, pasando por su papel en la 2ª Guerra Mundial, la postguerra, la Guerra Fría, los años ochenta y noventa, hasta la actual postura de una nueva Rusia imperialista y altamente nacionalista bajo el liderazgo de Putin, se ha modulado su imagen dependiendo de lecturas y visiones externas y ocasionalmente partidistas. 

Pues bien, Geoffrey Roberts, profesor emérito de Historia en el University College Cork, trata de mostrar en éste recientemente publicado ensayo, una lectura del personaje, en un afán por decapar las mil y una interpretaciones históricas, eliminando, dentro lo posible, las pesadas cargas ideológicas que han llevado a deslumbrar e iluminar la percepción sobre Stalin. Su objetivo no es rehabilitar su figura, sino revisarla en base a su perfil como diplomático, líder militar, burócrata y político, sin olvidar, sus facetas más oscuras y sangrientas, aunque bien es cierto, que el autor no hace especial hincapié en estos términos más oscuros y criminales. Su postura, la de Roberts, vierte un inconmensurable esfuerzo en meterse en la piel de un personaje ciertamente controvertido y contradictorio, en cuanto poseedor en una carrera de grandes fracasos y no pocas victorias, acompañadas de virtudes, talentos y no pocos hechos, digamos, paranoicos. Todo lo cual busca corresponsabilizar algunos hechos históricos, especialmente la consecución de la Guerra Fría, entre las decisiones tomadas por los países occidentales, léase Inglaterra y EEUU, y su propuesta de lo que él pensaba para un mundo de postguerra mejor.

El libro, a lo largo sus seiscientas páginas, describe un largo y tortuoso viaje desde la Guerra Civil Española hasta la muerte de Stalin, pasando por los devaneos de la URSS con Polonia, Finlandia y los Países Bálticos de la preguerra, la 2ª Guerra Mundial asimilada como la Gran Guerra Patriótica para un Stalin líder y victorioso, la problemática de la postguerra con las importantes divergencias dentro la llamada Gran Alianza, en la que se localizan los dos grandes bloques ideológicos que llevaron a la Guerra Fría, para terminar con la Guerra de Corea y el posicionamiento controvertido de la URSS. Para Roberts, en primer lugar, Stalin fue un líder eficaz y de gran éxito que, a pesar de sus errores y políticas brutales, fue decisivo en la victoria contra el nazismo. En segundo lugar, desarrolló un duro trabajo por vincular la Gran Alianza de la 2ª Guerra Mundial a una postguerra en su búsqueda de la paz internacional que, según el propio autor, desbarató, en cierta manera, el bloque occidental democrático. Y en tercer lugar, hay una clara diferencia entre el régimen de Stalin, antes y después de la guerra, en cuanto a la represión ejercida, en base al culto a su personalidad, punto en el que creo que el autor cae en varias contradicciones. 

Me llama la atención especialmente, cómo el autor hace mucho hincapié en subrayar el concepto de democracia que el líder soviético buscaba para los países del Este, fronterizos con Rusia, tras la Gran Guerra Patriótica, en una búsqueda de la paz internacional, en contraposición a cierta capitalización de la contienda por los países occidentales, quienes por miedo al comunismo stalinista, comenzaron, siempre según el autor, a mostrar su desacuerdo a ese dominio ideológico, forzando una Guerra Fría que terminó por radicalizar y cerrar las fronteras de un comunismo especialmente nacionalista. Este es uno de los puntos más controvertidos del libro.

Por otro lado, en sus páginas, se analiza el perfil como jefe militar de Stalin, especialmente en la 2ª Guerra Mundial, con sus fracasos, especialmente en 1941 y comienzos de 1942, y sus éxitos a lo largo del resto de la contienda, su relación con Churchill, Roosevelt y posteriormente con Truman, y sus desavenencias posteriores, en base a problemas como el futuro de Polonia, el problema alemán, las relaciones con Oriente, entre otros. Importante y mucho, resulta su estudio de cantidad de información ofrecida en actas, documentación, cartas y declaraciones de personajes cercanos a Stalin, que pretenden visibilizar su liderazgo en un afán por mostrar el porqué de los actos y hechos que le hicieron tomar las decisiones que adoptó para liderar un país sobre el que ejercía un inmenso ámbito de poder. Son curiosos los datos y las opiniones que ofrece el autor sobre, por ejemplo,  las supuestas elecciones democráticas de 1946 celebradas en la URSS, como demostración de lo que él define como la verdadera identidad y realidad de un líder, asunto al que se suman algunas opiniones y propuestas especialmente conflictivas respecto a la persona del que considera el mayor líder militar del siglo XX, notable político que intentó evitar la Guerra Fría y que quiso establecer una distensión con el mundo capitalista... Pero qué mejor que ustedes lean el libro y opinen. Lo que es indudable es el gran trabajo de investigación y análisis que lo soporta, con el afán de buscar una nueva perspectiva de quien lideró la URSS durante tres décadas.

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