"La batalla del Marne" - Ismael López Domínguez

 

En España podemos encontrar algunas publicaciones importantes en las que se refiere los primeros meses de la la Primera Guerra Mundial. Me refiero especialmente al inmenso trabajo de Barbara W. Tuchman Los cañones de agosto y al fantástico ensayo de Max Hastings, 1914. El año de la catástrofe, entre otros. En ambos, la importante y decisiva batalla del Marne, tiene un relevante protagonismo. Sin embargo, no abundan los manuales dedicados exclusivamente a los acontecimientos y desarrollo de la batalla que sirvió de puente entre las campañas militares del siglo XIX y las novedosas maneras de hacer la guerra del recién llegado siglo XX. Ismael L. Rodríguez se ha embarcado en la ingente labor de escribir este libro que hoy reseño, visualizando en su punto de mira este enfrentamiento en las tierras del río Marne, que comenzó en los prolegómenos militares de la Bélgica invadida por las tropas del II Reich y a lo largo de las frontera de Luxemburgo, Alsacia y Lorena, durante las últimas semanas de agosto y que finalizó durante las primeras de septiembre. Semanas en las que los ejércitos alemanes presionaron a los aliados franco/británicos, en un ejercicio de batallas y posiciones ofensivas y defensivas que llegaron a los aledaños de París y llevaron a la muerte a cientos de miles de combatientes. 

El autor se estrena con esta obra en el mundo ensayístico, con cierto desparpajo y con la conciencia tranquila por haber realizado un promenorizado trabajo de investigación sobre las estrategias y tácticas que pusieron sobre el terreno tanto el jefe del OHL alemán Helmuth von Moltke, como el generalísimo aliado Jósep Joffre. Y lo hace con un doble espititu. Por un lado el de describir detalladamente los movimientos de todos los ejércitos implicados en los prolenómelos y en el transcurso de la batalla, así como realizar la narración de su desarrollo con cierto carácter crítico, salpicando sus páginas con fragmentos de crónicas y declaraciones de, no solo sus protagonistas principales, sino también de aquellos quienes fueron carne de cañón en aquel basto campo de batalla.

Este libro, de bien aprovechadas cuatrocientas páginas, se divide en dos grandes partes. En la primera de ellas, el autor desarrolla las semanas de la ofensiva alemana hacia París, hasta el giro del general Kluck, comandante del primer ejército alemán y punta del lanza en la derecha de los alemanes, y la creación por parte de los aliados del sexto ejército en los aledaños de Paris, ambos hechos claves para la resolución de la batalla a la que se dirigen ambos contendientes. En esta primera mitad del libro, Ismael López Rodríguez, nos introduce tanto en la composición y armamento de ambos contendientes, como en el incio de la batalla de las fronteras que enfrentó incialmente a alemanes y aliados, hasta la llegada de sus frentes a la altura del río Marne, al este de París. Ya aquí el autor desgrana los aciertos y desaciertos de sus comandantes y los encontronazos que tuvieron con algunos de los generales al mando de sus ejércitos, especialmente en cuanto a la relación y las diferencias entre Kluck y Bullow, al mando del I y II ejército alemanes, los problemas de comunicación y la reticencia a poner todo de sí por parte del mariscal John French jefe de la pequeña pero combativa BEF británica, o las profundas diferencias entre Joffre y el comandante del 5º ejército francés, Charles Lanrezac.

Ya en su segunda mitad, el libro se vuelca en describir con gran detalle la propiamente batalla del Marne, en sus distintas líneas y frentes, desde el este al oeste del campo de batalla. De esta manera el lector se adentra en cada posición en la que se embarcó aquel terrible enfrentamiento, comenzando por el crucial choque entre el 6º ejército francés con el I alemán en la zona del río Ourcq, lo que influyó directamente en la brecha creada en los dos Morins, donde la BEF y el fanco izquierdo del 5º ejército francés, ahora comandado por el general D´Esperey, bloquearon el avance del II de Bullow. Más al este, los combates en las marismas de Saint-Gond constituyeron uno de los lugares más delicados de la batalla en base a su geografía, obligando a ambos contendientes a realizar complejas maniobras, protagonizadas por el 9º ejército del obstinado Foch y fuerzas del II y III ejércitos alemanes. Si bien es en estos frentes donde mayormente se desarrolla la batalla de Marne, en cuanto a su importancia y decisivo desenlace, Ismael L. Domínguez no deja en el tintero relatar lo sucedido en el flanco derecho de la batalla, en Vitry-le-Francois y Verdún, donde se confirmó la victoria de los aliados en su afán por bloquear el avance alemán por tierras francesas.

Para finalizar y cerrando el círculo de una obra muy a tener en cuenta a partir de ahora, los últimos capítulos del libro, desgranan la persecución y estabilización del frente, el significado que la batalla tendrá desde entonces en la memoria francesa y algunas conclusiones que se extrajeron de dicho choque entre cientos de miles de hombres. A lo largo y ancho del libro se muestran al lector las tácticas y estrategias desarrolladas y las distintas maniobras realizadas por ambos ejércitos. La caballería todavía tuvo cierto protagonismo en aquel enfrentamiento primigenio de la IGM, así como las sangrientas y sacrificadas cargas a la bayoneta calada. Mientras, el uso de la artillería y las ametralladoras daban pistas claras de hacía donde se dirigía la manera de hacer la guerra, en donde el estreno de la aviación como una importantísima herramienta de información de por dónde se desarrollaban aquellos kilométricos frentes de batalla, generaba cierto desequilibrio en algunos planos del enfrentamiento. Todo ello llevaría a un estancamiento de posiciones para abandonar, en definitiva, una manera de hacer la guerra y descubrir una nueva y horrorosa cara de un conflicto que asolará los campos de occidente a partir de aquel agosto y septiembre de 1914.