"Contra Hitler y Stalin" - José M. Faraldo

 

José M. Faraldo ya publicó en 2011 un libro titulado La Europa clandestina. Resistencia a las ocupaciones nazi y soviética. 1938 - 1948, mediante el cual se trasladaba al público ese sentimiento de cultura popular y memoria histórica que con los años ha ido creciendo en las sociedades europeas. Debido al hecho de que esta realidad haya aumentado a lo largo de los años, el  autor ha considerado el momento de refrescar la memoria de ese micro universo que engloba la resistencia de hombres y mujeres en su enfrentamiento, no solo contra el nazismo y al bolchevismo durante la Segunda Guerra Mundial, sino ampliando su investigación a los inicios de la Guerra Civil Española y alargándolo hasta los años cincuenta, protagonistas de algunos núcleos de lucha en algunos países de Europa.

Con esta nueva publicación el autor intenta comprender el variado fenómeno de la resistencia de la población europea a la ocupación militar y su imposición en el ámbito nacional por parte del invasor. Esta resistencia goza de diferentes periodos en los que se puede observar el desarrollo de la misma y su evolución, así como las importantes diferencias que se dieron en los enfrentamientos según quien fuera el opresor, así como la vinculación y tipo de afiliación tuvieran los propios resistentes. Hay que llamar la atención en que principalmente la resistencia se alimentaba de un fuerte impulso patriótico nacional, transformado y amoldado como una oposición más política que social, si bien el sustrato de estos movimientos venían sustentado por grupos promovidos por una búsqueda de libertad y revolución social, cuya raíz a veces surgía de una oposición anterior a la invasión, ya sea fascista o comunista. Esto arrincona en cierta manera la idea preconcebida de una resistencia mayoritariamente militar o patriótica, en base a la participación en ella de grupos católicos, judíos, antifascistas y anticomunistas, más allá de los puramente nacionalistas. 

A lo largo y ancho del libro, José M. Faraldo entremezcla capítulos en los que se exponen la aparición, el desarrollo y los hechos acometidos por las distintas resistencias aparecidas en Europa, eso sí, en un orden cronológico, junto con  otros capítulos más breves y de perfil temático en los que se adentra en un análisis más funcional y global del funcionamiento y sentimiento de la Resistencia en general. En su último tramo dedica unas páginas a hablar de la memoria y el balance de este movimiento tan heterogéneo y variado que ocupó una pequeña pero significativa parte de la historia de aquellas dos décadas que engloba su libro. Las resistencias se desarrollaron a distinta velocidad dependiendo de que aquellos países ocupados, disfrutaran de su independencia desde hace pocos años, en cuyo caso los movimientos resistentes fueron altamente rápidos, en contraposición de otros países con un bagaje histórico democrático asentado en el tiempo, donde su desarrollo fue más lento y complicado, en base, también, a los distintos y heterogéneos grupos que se asentaban en la sociedad libre. Si bien, y esto es irrefutable, las experiencias de resistencia fueron esenciales para la construcción de sociedad democráticas, también es cierto, que la presencia y combatividad de estas, empeoraron de manera importante la situación de la población de los países ocupados, generando  miles de bajas en toda la sociedad civil implicada. 

Por todo ello, según nos transmite el autor, el bagaje de las resistencias es complejo y poco unívoco, especialmente si realizamos una visión general de todas ellas con las diferentes características de las mismas en cada país y según quien fuera su invasor. Lo que es innegable es que sobre los resistentes y las víctimas de los opresores se ha construido la casa común europea, lo que genera una obligada valoración moral por parte de Europa, como reconocimiento a su sacrificio y esfuerzo en todos los frentes de un continente violentado y atenazado por las invasiones generadas por Hitler y Stalin, y sus inevitables sucesores en el tiempo.