"The Batman"

 

Qué malo es sacar conclusiones por adelantado, en cuanto a hablar y comentar sobre un determinado proyecto cinematográfico, basándose en rumorología, fotos robadas de la filmación y estereotipos argumentados en anteriores experiencias, tanto del personaje que protagoniza el film, como del actor que lo interpreta. Como he dicho en mil y una ocasiones vale más fijarse en la persona que está tras la dirección que en quienes aparecen delante de la cámara. Yo creo más en la regularidad y los principios sobre los que trabaja un buen director que en las capacidades, no siempre acertadas, de los actores que casi siempre y salvando alguna excepción, cometen en su carrera algunas faltas imperdonables.

Matt Reeves, director de esta nueva versión sobre la figura de Batman, el protector de Gotham, suele desarrollar y llevar a efecto sus proyectos con un margen de tres e incluso cuatro años. Esta característica suele propiciar interesantes resultados en sus películas. De su mano han salido la segunda y tercera película de la nueva trilogía de El planeta de los Simios que inició Rupert Wyatt, allá por 2011. De la mano de Reeves El amanecer del planeta de los simios y, especialmente, La guerra del planeta de los simios situaron al director en una emergente pasarela ante nuevos proyectos. Pero es que además, anteriormente había dirigido películas tan interesantes y personales como Monstruoso y sobre todo, la impactante versión estadounidense de Déjame entrar. Esta versatilidad le ha conferido la posibilidad de presentar la nueva versión de un Batman diferente a los pergeñados por todos sus antecesores, algunos tan acertados y otros tan equivocados. Y tengo que adelantar que, a pesar de todos los prejuicios vertidos y declarados en diferentes medios antes de su estreno, el resultado ha sido, en mi opinión, especialmente acertado. Pensemos que esta película refleja su visión personal del personaje. Pero es que además el guion y la ambientación funcionan bien en general. Solo reprocharle quizás, un exceso de metraje y una bso demasiado dominante, aunque también, por otro lado, muy efectiva.

La trama gira alrededor de una serie de asesinatos cometidos por un extraño y oscuro personaje autollamado Enigma. Desde luego, este tipo de argumentos en los que Batman actúa más como un guardián de la ciudad en plan investigador, casan mucho mejor que cuando se tiene que plantar ante personajes con poderes especiales, como le pasa en la Liga de la Justicia. Quizás en los cómics esas historias funcionen, pero esta claro en que el cine no tanto. Pero volvamos al argumento. Los asesinados son personajes relevantes de la sociedad de Gotham, relacionados con la política y la policía, a niveles institucionales de alto escalafón. Batman, de la mano del inspector James Gordon, participa activamente de la investigación, a pesar de los peros planteados por slos compañeros y superiores del fiel policía. Paralelamente, la desaparición de una prostituta introduce en la trama a Selina Kyle, personaje que interactuará junto a Batman en su inmersión en los bajos fondos de los clubes dominados por la mafia de la ciudad, especialmente por el capo Falcone, quien conecta con el pasado de Bruce Wayne de una manera más cercana de lo que inicialmente podía parecer. De la mano de un complejo guion, pero en el que se consigue atar cabos que parecían altamente distanciados, Reeves presenta una convincente película en la que se entremezcla la crisis de personalidad de Wayne, la corrupción imperante en Gotham a la que se enfrentan unos pocos como James Gordon, los barrios lúgubres dominados por la oscuridad y la lluvia, un villano muy convincente y especialmente desagradable, y muchas características más que complementan una más que notable película que recuerda visualmente y en algunos aspectos puntuales a aquella increíble Seven del gran David Fincher. ¿Será casualidad?

Respecto a los intérpretes, debo decir que sin gustarme especialmente ni aquí ni en anteriores trabajos, Robert Pattison se aferra bien a la dirección de Reeves sin sacar la pata del tiesto, conformando un interesante Batman, desequilibrado entre un pasado sin resolver, un oscuro presente de venganza y presencia no especialmente aceptada entre los buenos y los malos de la ciudad, y con un complejo problema de afectividad, que quizás lastre un tanto el personaje. Pero bueno, este Batman está por encima del actor y se calibra bien el equilibrio de Pattison y el héroe nocturno. Por lo demás, tanto Zoe Kravitz, como Jeffrey Wright, pasando por John Tuturro, un irreconocible Colin Farrell y, especialmente un acertadísimo actorazo como Paul Dano, conforman un elenco sobresaliente y acertado. Lástima la elección, nada convincente, de un flojo Andy Serkis, quien no llega a la suela del zapato del siempre acertado y fiel Alfred.

Por último me tengo que referir al trabajo de producción y a elementos técnicos de la película. Estamos ante un film extremadamente oscuro, no solo por la presencia prácticamente continua de la noche, sino también de una lluvia pertinaz en una Gotham grandiosa en su tamaño y detestable en cuanto a sus calles más miserables y siniestras. Bien es cierto que algunas escenas resultan muy contundentes en la oscuridad de esas noches lluviosas, como la persecución en coche tras Pingüino o algunas peleas con los villanos. Si además, el director apuesta por tonalidades negras y rojas, tal como aparece en el cartel, obtenemos como resultado unos escenarios especialmente oscuros, llenos de sombras que, si bien ambientan a la perfección el efecto buscado por Reeves, no ponen fácil al espectador, el seguimiento de la película. Si a esto sumamos una bso contundente de Michael Giaccino, en mi opinión muy efectiva y dominante, aunque en ocasiones molesta a la hora de escuchar algunos diálogos, obtenemos un resultado seguro que buscado por el director, pero que sin embargo apabulla en determinados momentos, a nivel visual y auditivo. 

Con todo, este uso de la música, una excelsa fotografía y un interesante montaje, consiguen embaucarnos y trasladarnos a la Gotham pensada por Reeves y que cuadra con algunos universos creados por y para el personaje en distintos cómics. Además, debo decir que, a mí me parece que estas características ofrecen  un Batman diferente, personal y creo que bastante acertado. No oculto que la película me gustó, ni que la sitúo muy alto en el escalafón de las adaptaciones cinematográficas de Batman. No por encima de El caballero oscuro, algo extremadamente complicado de conseguir, pero tampoco tan lejos de ella como se podía suponer en un principio. Como posible hándicap quizás podría indicar la excesiva duración de la película, pero en general Reeves acierta y convence en su visión personal del personaje y su universo, que no es poco.