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lunes, 6 de noviembre de 2017

"The Deuce" - Temporada 1

La nueva serie de David Simon, estrenada por HBO, toma el nombre con el que se conocía la zona de Times Square en Nueva York durante los años setenta. "The Deuce" era una zona plagada de prostitución, locales y cines dedicados a la pornografía, entonces todavía un negocio naciente. Como hizo antes en "The Wire" y en "Treme", Simon afronta la problemática social y diaria, resultante de problemas que socavaron un barrio, una ciudad, en algún momento de la historia norteamericana más actual, como podía ser el problema de la droga o los efectos del huracán Katrina. En este caso, con pocos prejuicios y mucha realidad, manejando una visión profunda con la que traspasa las diferentes capas y estratos del conjunto de personajes, entidades y grupos sociales, David Simon afronta el oscuro, sucio y emergente mundo de la prostitución y la pornografía en 1971 y 1972.

Para ello, y como suele ser habitual, presenta al espectador una amplia gama de personajes, tan variopintos como claves para entender aquel barrio en el que los intereses de la mafia, la policía y el ayuntamiento, se combinaban con la supervivencia de prostitutas, chulos, emergentes empresarios de la noche o simples agentes con placa cuya misión es patrullar las concurridas calles. La noche es protagonista del día a día de sus protagonistas. Desde las prostitutas de calle, manejadas como simple mercancía por sus peligrosos chulos, hasta aquellos que sobreviven gracias al negocio de la noche, en el que poner de moda un oscuro bar de copas, era ya todo un éxito; pasando por una incipiente industria pornográfica, que actúa de espaldas a una sociedad que pretende esconder un realidad imparable, mientras sus ingresos aumentan sin freno, abriéndose camino entre las grietas de una legislación especialmente conservadora. A su vez la corrupción policial, auspiciada por una administración cómplice, acompaña el resurgir de un barrio tan marginal como lleno de perspectivas. La mafia, aporta imaginación a un mundo tan sucio como opresivo, donde los chulos son la única protección de las chicas que venden sus cuerpos en pisos inmundos y a la vez sus peores enemigos, si no regresan por la mañana con un buen fajo de billetes.
"The Deuce" es un barrio en ebullición, la semilla germinal del que será uno de los negocios más grandes de la actualidad... el sexo, y Simon lo presenta de la mano de HBO, con inteligencia, frialdad y sobre todo, calidad. Sus guiones, que a veces parecen intrascendentes, son puro nervio y guía de un buen número de ramificaciones dramáticas que inevitablemente tienden a afluir hacia una gran obra final. Su paso es lento, firme y tendente a dirigir al espectador, por medio de un buen puñado de historias que confluyen y se cruzan, hacia un objetivo. Presentar un microcosmos en el que se perfila y plasma una realidad social, inapelable y muchas veces, cruda.
En este caso, esta temporada reúne ocho capítulos enclavados en los años 1971 y 1972. Sus creadores, como suele ser habitual, han reunido un importante y acertado conjunto de intérpretes, liderados en esta ocasión por un sorprendente y muy efectivo James Franco, y la siempre solvente y especialmente notable Maggie Gyllenhaal. El encarna a dos hermanos gemelos, uno de ellos, un serio y emprendedor barman, y el otro un jugador empedernido y un poco cabra loca. Mientras, Maggie se introduce en la piel de una prostituta, independiente y harta de hacer la calle. Uno y otro, de manera paralela, serán protagonistas del surgimiento del negocio del sexo, ya sea de la mano de la gestión organizada de la prostitución, o del mundo de la pornografía y su plasmación en el cine y los locales de venta de productos relacionados con el mundillo. Pero son un gran número de actores y actrices quienes dan vida a prostitutas, chulos, camareros y camareras, policías, periodistas o mafiosos.
Todos ellos participan en una serie acertadísima en el planteamiento de la ambientación del barrio y sus gentes. Su presentación resulta clave para que el espectador crea y entre sin filtros, en el sucio, oscuro y por que no, desagradable universo de aquel barrio, donde la desidia de los personajes, su crueldad, el desaseo de los lugares y su nauseabundo aspecto, no evitan que ese sea el escenario principal de sus esperanzas, amores, vivencias y oportunidad de negocio. Parece que la serie se completará con dos nuevas temporadas, situadas en diferentes periodos de los años setenta y ochenta, vinculados al mundo del sexo y su expansión como industria. David Simon es sinónimo de calidad y por ello, quiero más, mucho más.