Tercera temporada de "Better Call Saul" y otros diez apasionantes capítulos alrededor de las desgracias y aventuras de Jimmy McGill. Por un lado, continúan sus fuertes discrepancias con su hermano y el bufet Hamlin & McGill. De la mano de su compañera y ahora pareja, Kim, abre un despacho en común y aunque llevan asuntos separados, ya que Jimmy perderá su licencia de abogado, el fin buscado es el bien común de ambos. Por un lado Jimmy debe afrontar su particular batalla familiar, unido a intentar mantener una economía más o menos solvente y no perder contacto con las ancianas señoras a las que aconsejó en la anterior temporada.
Paralelamente el personaje de Mike, el expolicía y guarda del parking de los juzgados de la ciudad, sirve de guía a la serie para reintroducir antiguos emblemas y personajes de la mítica serie "Breaking Bad". Por un lado Héctor Salamanca y su entorno ligado a las drogas y su trasiego por la frontera. Por otro, la figura de Gustavo Fring y su cadena de "Los Pollos Hermanos". En mi opinión, todo lo que se refiere a la trama que rodea a Mike sigue siendo de lo mejor de la serie. Sin embargo, si bien en una primera parte de la temporada, este personaje resulta casi protagonista, en los últimos capítulos, Jimmy vuelve a recuperar su sitio, incluido el enfrentamiento con su hermano, llevándolos a protagonizar momentos dramáticos.
En definitiva, una gran temporada, en la que los protagonistas mantienen un gran nivel dramático y los guionistas y creadores de la serie siguen la línea firme de este producto sólido y sin perder contacto con la genial "Breaking Bad", con la que cada vez le unen personajes y situaciones bien conocidas por los seguidores de esa serie. Bravo.
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