Magnífico ensayo, en el que su autor, Robert Goodwin, realiza un recorrido por acontecimientos y personajes, protagonistas y no tanto, de los años en los que los Habsburgos reinaron en España y dominaron medio mundo, desde la muerte de Maximiliano I en 1519, motivo que llevará a Carlos I a ser proclamado Emperador, y la muerte del pintor Murillo, último gran emblema de las artes del llamado Siglo de Oro Español, en 1682.
Goodwin realiza una caleidoscópica visión de España, desde el punto de vista político, económico y sobre todo cultural. Divide el libro en cuatro grandes capítulos, liderados cada uno de ellos por los reinados de los cuatro grandes Habsburgos, Carlos I, Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Mientras recapitula los dos primeros con un gran título llamado "Oro" y enmarcado en todo el siglo XVI, nombra el reinado de los dos segundos como "Resplandor". El primero refleja un hecho, una realidad, en la que enmarca la preponderancia de la Corona Española en medio mundo. Sin embargo, en el segundo, remarca casi una ficción, que bajo el liderazgo de los validos Lerma y Olivares, ahondará en su pretensión de mantener esa hegemonía perdida a base de endeudamiento, la depreciación de la moneda y en algunas ocasiones, el autoengaño y la contradicción.
Sin embargo, el autor acompaña este análisis político y económico de una España hereditaria de las casualidades dinásticas y la defensa de la Fe, así como dependiente del oro y plata de la recién conquistada América, de un completísimo y enriquecedor estudio de las figuras preeminentes y claves en la cultura del llamado Siglo de Oro español. Tomando como partida a Garcilaso de la Vega, Goodwin narra y desarrolla la vida, anécdotas y los avances culturales de un gran número de primeras figuras de este periodo clave en la historia de España. El Greco, Santa Teresa de Jesús, Fray Luís de León, San Juan de la Cruz, Lope de Vega, Cervantes, el Inca Garcilaso de la Vega, Montañés y Pacheco, Velázquez, Zurbarán, Góngora, Quevedo, Tirso de Molina, Calderón de la Barca o Murillo, son algunos de los personajes que protagonizan páginas y páginas en las que el autor describe sus creaciones, intrínsecamente insertadas en la realidad social, cultural y política de la España del los siglos XVI y XVII.
Siguiendo un riguroso orden cronológico, Goodwin retrata la España como centro del mundo, glosando el reinado de los cuatro monarcas, junto a las referencias tan atinadas y golosas a nuestros eminentes creadores de literatura, pintura y escena. Lo completa con interesantes referencias a distintos factores menos culturales y más estructurales, sociales, políticos y religiosos que afectaron al devenir de la Corona y su situación frente al mundo que lideró. Capítulos dedicados a la implantación de la justicia y los tribunales, las referencias a la relación con los Países Bajos y posteriormente con las Provincias Unidas, la situación e importancia de una recién nacida banca, Sevilla y su eminente posición en la Península, la tan manida y desgraciadamente presente corrupción o el asunto de la expulsión de los moriscos o la rebelión de Cataluña, son algunos ejemplos de la variedad de los temas analizados en el libro e inevitablemente conexos unos con otros y con la historia española en estos dos siglos. Muy interesante la anotación y la atención que muestra, durante los gobiernos de los Felipes menores y sus validos, por la percepción del autoengaño, lo aparente y el espíritu contradictorio de unas instituciones dependientes del recuerdo de tiempos gloriosos, que inevitablemente llevarán a la Corona al declive en Europa.
Nos encontramos ante un ensayo completísimo, lleno de anecdotarios, en los que el autor se sumerge en todos los ámbitos de una sociedad que en aquel tiempo formó España como centro del mundo. La cultura, la política, la economía y como no la religión, copan un libro generoso, enriquecedor y altamente preciso, en el que se conjugan un profundo conocimiento de la época, buena literatura y sobre todo erudición. Muy recomendable.
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