Así como en su anterior ensayo, Pedro J. Ramírez trató los sucesos que conmovieron a Francia en plena Revolución Francesa, que desnivelaron el equilibrio entre moderados y radicales a favor de estos últimos, en este que hoy reseño, el autor se ocupa, de los 4 o 5 meses, en los cuales, la esperanza liberal generada a finales del llamado Trienio Liberal (1820-1823), cede ante la presión absolutista, no sólo española, sino también europea. Mientras en las Cortes el gobierno formado por el ministro liberal Calatrava, intenta afianzar, junto al sector más moderado, las bases de un Estado soportado por la Constitución de 1812, en Verona, la Santa Alianza ordena entrar en España a los Cien Mil Hijos de San Luis, con la pretensión de devolver la autoridad absoluta al rey Fernando VII.
Pedro J. Ramírez, encontró y adquirió en 2011 un documento importante y clave en la historia del XIX español. En el aparecían ciertos compromisos, hacia los liberales y la constitución, del rey Fernando VII, por medio de los cuales, posibilitaba su salida de Cadiz y entrega a los franceses del Duque de Angulema. Lo curioso de este documento, es que aparece con ciertas tachaduras, aceptadas por los liberales y promovidas por el rey, que junto al incumplimiento de su articulado y la limitación de condiciones, llevaron a España al comienzo de la llamada Década Ominosa y la vuelta al absolutismo. Pero para llegar a este punto del relato, antes hay que leer y entender los sucesos que acontecieron los cuatro meses previos.
Fernando navegaba entre la aceptación de un gobierno liberal y el deseo de aplicar sus pretendidos derechos absolutistas, en un Madrid lleno de traiciones, corrillos y levantamientos. El liberal Calatrava, forma gobierno a pesar de sus reticencias, junto a un grupo de políticos que estuvieron presos por orden del rey, tras su vuelta en 1814. Sin embargo, su convencimiento en unas Cortes constitucionales, hacen que medio confíen en un rey presto a la traición y al apoyo de los países de la Santa Alianza. A partir de este momento, los acontecimientos se desarrollan a mucha velocidad. Tras la entrada de los franceses, los ejércitos liberales, con alguna excepción (Espoz y Mina) no solo no se enfrentan al enemigo, sino que además rinden armas y se pliegan a los franceses. La salida del gobierno de Madrid es inmediata. Su destino Cádiz. Los liberales, junto al rey y su familia, acuden a Sevilla, abandonando la capital a las fuerzas civiles y militares absolutistas. En Sevilla, la tensión es brutal, hasta tal punto que las calles se encuentran llenas de trifulcas callejeras y motines. Hay que huir a Cádiz, pero el rey se niega. En este momento, se produce uno de las situaciones más increíbles y únicas del la historia española. Las Cortes y el gobierno, inhabilitan al rey, obligándole a partir a Cádiz. Una vez en esta ciudad, le devuelven sus poderes, quedando a su disposición. A partir de estos momentos, se vuelve a la situación acaecidas durante el sitio de Cádiz de 1812, sin lograr el mismo resultado. Tras días de sitio, y sin contar con una mediación deseada de los británicos, el rey consigue permiso de las Cortes para salir de la ciudad y entregarse a los franceses, para instaurar de nuevo el absolutismo. Los liberales, huyen a Gibraltar, otros son apresados y algunos condenados a muerte, como el famoso Riego. Tras estos acontecimientos, Calatrava y muchos más forman una colonia en Londres, desde donde seguirán luchando por una sociedad liberal, libre y participativa.
Pedro J. Ramírez, se explaya con miles de detalles y situaciones, para trasladarnos, la compleja situación de España en 1823. Por un lado un rey traicionero, que solo aspira a gobernar como antaño, mantiene engañados a los liberales, forzando ciertas situaciones que confluirán en la invasión francesa. Con medias palabras, compromisos falsos y sobre todo, utilizando su situación preeminente sobre las ciudadanía, conseguirá coartar las pretensiones liberales. Por otro lado, estos, mantienen enfrentamientos continuos, como cuenta el autor. Comuneros, masones, moderados... todos ellos, aunque en determinados momentos unidos, en general, se encuentran separados frente a la ilusión y su visión de un estado constitucional. Ramírez muestra además la posición internacional, por supuesto de una protagonista Francia y además de una Inglaterra, que siempre está y se le espera, pero no termina de participar de una política de la que considera no sacaría rendimiento.
El autor, mediante la figura de Calatrava y su gobierno, nos aporta cartas, documentos, diarios, personales y de las Cortes, mediante los que explica las intenciones y deseos de los protagonistas, la situación nacional e internacional y sobre todo, lo que se pudo conseguir y no llegó, tras tres años de gobierno nacional. La debilidad de las instituciones, la idiosincrasia de la población y los ciudadanos españoles, la personalidad tan compleja y traicionera de un rey, que sabe perfectamente gestionar los tiempos y como no, la intervención internacional, llevaron al país a una situación de guerra, en la que se decidió regresar al absolutismo, a la venganza y sobre todo, otra vez, a la persecución y al aislamiento. Todo ello escrito de manera pormenorizada, concienzuda y utilizando un lenguaje rico y elegante. Si bien, es una obra larga, extensa, el poso que queda después de leerla, queda impreso en el lector, logrando captar, sentimientos, instituciones y el mensaje de un grupo de hombres que lucharon contra la adversidad, por sus ideales. Interesante es poco y su lectura altamente recomendable.
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