Años después de abandonar SHIELD y ocultar sus avances científicos, el profesor Hank Pym, el original Ant-Man, descubre que el que fuera su mejor discípulo, ha investigado en secreto la posibilidad de reducir las partículas humanas, con la única finalidad de convertir sus logros en un ejército de destrucción para vendérselo a HYDRA. Siguiendo su intuición intentará convencer al exladrón convicto, Scott Lang, para que continúe su antigua labor como Ant-Man para evitar la consecución malvada de los experimentos de Darren Cross, su antiguo protegido. Para ello, disfrutará de la ayuda de su hija Hope van Dyne, desconfiada con su padre, pero decidida a ayudarle en tan necesaria misión.
Resaltar, en primer lugar la estupenda actuación de un veterano Michael Douglas, que fabrica un personaje que logra una fuerte atracción de la cámara en sus importantes intervenciones durante la película. Gran acierto su fichaje. Para protagonista, se eligió al actor Paul Rudd, un actor interesante, que consigue ensamblar con dignidad y cierta gracia la figura del héroe. Evangeline Lilly se mete en la piel de la insatisfecha y desconfiada hija de Pym, aportando belleza a la trama. Respecto al malvado, poco que decir. Como suele ser habitual, estos personajes carecen de personalidad y carisma, debido a su relativa poca profundidad en los cómics. El actor Corey Stoll cumple sin más, el cometido de interpretar a Darren Cross/Chaqueta Amarilla. Para finalizar agradecer la bis cómica de una veterano secundario como Michael Peña. Curtido en mil batallas aporta la ingenuidad y la comicidad con excelentes resultados. Para ellos, sin duda, hay que aplaudir un guión bien realizado, que sabe trasladar al público un producto agradable pero nunca histriónico ni simplón. El director plasma su marca de la casa, por su experiencia en cine y series de comedia, pero sin perder de vista la misión heroica y marveliana del producto. Para ello, uno de los factores más interesantes de la película es el conjunto muy importante de efectos especiales, que trasladan a la pantalla con mucho acierto el mundo de la dimensión más pequeña y diminuta de Ant-Man.
Se podría pensar que Ant-Man es un producto menor, una película de Marvel de perfil infantil, sin ir más lejos está clasificada para mayores de 7 años. Y efectivamente, no es un producto para adultos específicamente hablando y sí que estamos ante el film más ligero e intrascendente del universo Marvel, realizado hasta ahora. Pero, cuidado, eso no significa que esté falto de calidad y visión de espectáculo. Francamente considero que Ant-Man aligera esa nebulosa de cierta oscuridad que últimamente ha rodeado a las películas de la marca, pero lo hace de una manera inteligente, productiva y muy positiva.
Sin ser una gran película, es indudable que es divertida, ágil y muy entretenida. No juega con los valores de tragedia de sus antecesoras en absoluto. Es que, no lo persigue, todo lo contrario. Su carácter, de comedia y aventuras, casa a la perfección con la visión más clásica de un cómic. Su misión es entretener, simple y llanamente, mediante una historia en la que un personaje lucha contra un malvado que se quiere hacer con el dominio del mundo en base a la guerra y la destrucción... pero sin perder un espíritu más luminoso y aventurero. Por ello, quizás hay un sector de público que no acepta esta visión de éste super héroe. Sin embargo concluyo que Ant-Man aligera la visión catastrófica y milenarista que la factoría Marvel presenta alrededor de Los Vengadores y sus protagonistas y yo particularmente, lo he agradecido. Me he reído, he disfrutado en un film veraniego perfecto para sentarte en el cine sin más pretensión que buscar puro entretenimiento, sin más aspiración, ni parloteo sin sustancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.