Con el capítulo 14 de la 7ª temporada se ha despedido de los espectadores la serie "Mad Men". Particularmente con los 7 últimos capítulos en los que se ha cerrado un ciclo y una de las serie más novedosas e irrepetibles que he conocido. No por su espectacularidad, ni por su argumento rompedor, sino más bien por su marcado estilo y elegancia, acompañado por un guión sólido, en el que se nos ha mostrado la vida de los protagonistas desde los años 50, que se ha desarrollado paralelamente a la historia norteamericana y los sucesos que la han marcado a lo largo de casi 20 años. La delicadeza y a su vez, rotundidad, con la que los guionistas han señalado los acontecimientos y los cambios sufridos en la sociedad de EEUU han marcado sutilmente, el devenir de Don Draper y los demás personajes de la serie.
El detonante que lidera el planteamiento de ésta última temporada, es sin duda la desaparición y la fagocitación de lo que queda de la empresa de publicidad de los protagonistas por una gran corporación empresarial. Lo que en un principio se prometía un triunfo para ellos, deviene en su incorporación a una compleja y despersonalizada manera de crear publicidad en un gran consorcio, del que algunos de ellos, poco a poco irán despidiéndose. Unos buscarán independencia en su trabajo, otros búsqueda de nuevos horizontes profesionales o simplemente, algunos un cambio en sus vidas. Los menos, lograrán acostumbrarse a la nueva situación, pero equilibrando su vida con una nueva realidad personal.
Creo que en general, se cierra bien la serie, logrando que cada uno de los personajes, a excepción de uno, Betty Francis, alcancen algo parecido a lo que les lleva a la independencia, a la madurez personal y hacia la realización de lo que buscaban en su vida. Los guionistas nos plantean pequeños declives argumentales, en los que todos ellos, caen en un pozo del que al final del último capítulo logran salir, a pesar de la dificultad de ciertas decisiones. Todos ellos toman un camino independiente, libre y en algunos caso definitivo, sobre lo que quieren hacer con sus vidas. Nuevos trabajos, nuevos compañeros de viaje e incluso reencuentros que les permitirán empezar de nuevo. Solo uno de los personajes principales se encuentra en un callejón sin salida, sin vuelta atrás... Y me entra la duda del por qué de esta decisión. Los guionistas sabrán.
"Mad Men" quedará en la memoria como una gran serie, que ha sabido transmitir muchos factores. Por un lado la capacidad y crecimiento de la publicidad en los EEUU, foco increíble y poderoso de la realidad de la venta y el uso de los medios. Por otro lado, la serie nos ha transmitido elegancia, estilo y moda, de tal manera que ha sido uno de los aportes fundamentales y marca de la casa. Por supuesto, los avances sociales, económicos, tecnológicos de una sociedad que ha marcado el ritmo del mundo, han logrado, sin exceso de protagonismo, imbuirnos en la historia crucial de los años 50, 60 y 70 de EEUU. Pero sobre todo, "Mad Men" nos ha dado personajes, llenos de personalidad, aristas y carácter. Su crecimiento y evolución, nos han hecho partícipes de su vida, errores, limitaciones, triunfos y búsquedas. Porque "Mad Men", es una búsqueda continua de un futuro, de una realización que ni siquiera sé, si se ha logrado en el final de la serie. Perfectamente, podría ser un hasta luego, porque la vida no deja de rodar. Por eso es un buen final, un final abierto, que deja volar la imaginación del espectador sobre lo que podría sobrevenir a los protagonistas. La escena final quedará en mi retina de manera emocionada como el ocaso de un atardecer. A fin de cuentas, la segunda parte de la última temporada ha sido un declive suave pero irrefrenable hacia un ocaso, un final. Y también con una sonrisa, ¿por qué no? Una gran serie de estilo, personajes y vida. Sin duda ha creado escuela y es de esas series, que aunque te guste más o menos, ha dejado huella.