Los directores Angel y David pastor, nos sorprendieron en el año 2009 con una película grabada en inglés con actores americanos. "Infectados" trataba sobre la situación casi apocalíptica de un mundo en el que las personas se contagiaban y morían por doquier, creando situaciones de auténtica supervivencia y deshumanización.
Este año han presentado su nueva película "Los últimos días". En este caso esta producción se ha rodado en España, con actores españoles. Dos de los mejores actores del momento, Quim Gutiérrez y José Coronado, interpretan a dos de los supervivientes de una enfermedad que asola el mundo, a la que llaman "pánico", debido a la cual la gente padece de agorafobia y si pretenden salir al exterior de los edificios, mueren en el intento. Los directores, nos vuelven a plantear una situación apocalíptica y límite, en la que la falta de alimentos y agua y la imposibilidad de buscarla en el exterior, hace que los ciudadanos de Barcelona, donde transcurre la acción, tengan que malvivir y racionar los pocos víveres que quedan en las casa y oficinas de la ciudad.
Con una ambientación y un diseño dignos de Hollywood, la película pretende plantear al espectador la importancia de la esperanza, el amor y la amistad, puntos de inflexión ante un mundo cercano a su fin. Sin embargo, el film, que en un principo parte de una sugestiva idea, conforme avanza en su metraje, va cayendo en situaciones y frases ya vistas en otras películas del mismo estilo. Aún así, la visión impactante de Barcelona cayéndose a pedazos junto a determinadas escenas llenas de lirismo, como cuando en plena tormenta se abren las ventanas de las casas y aparecen cubos colgados de largos palos, en los que los habitantes prisioneros en sus hogares, logran un poco de agua para sobrevivir, consiguen impregnar a la película de un estilo peculiar.
Con un metraje que no pasa de los cien minutos y un final esperanzador, incluso algo edulcorado, esta película realizada de manera solvente, peca de caer en situaciones ya vistas en este tipo de películas y de un guion algo simple lo que al final lastra la trama. Deja la sensación de haber visto un film de bella factura estilística pero que adolece de punch narrativo, revisitando ámbitos ya tratados en otras películas de género.