"Dos cabalgan juntos"

Película dirigida por John Ford en 1961, cuenta las andanzas de un teniente de caballería y un extraficante de pieles y armas, ahora sheriff de un pueblo, por recuperar a un número indeterminado de niños y mujeres secuestrados años atrás y en manos de los comanches del jefe Quanah Parker.

Si bien esta película nos recuerda en parte a la trama de la famosísima Centauros del Desierto dirigida seis años antes, Dos cabalgan juntos aporta en sus diálogos un mayor tono de humor. Aunque  también ahonda en las penalidades de los colonos tras haber perdido algún familiar en diversos ataques indios,y su posterior búsqueda y espera por recuperarlos, en este film, protagonizado por Richard Widmark y James Stewart, el humor ocupa buena parte de los magníficos diálogos compartidos por ambos protagonistas. Esta característica desdramatiza en cierta manera, el tema principal de la película y podría desequilibrar un film que camina entre la comedia y el drama, con cierto peligro de encontrarse en tierra de nadie. Y sin embargo, es tal el buen rollo de ambos actores, que quizás nos encontremos ante una de las películas con mejores diálogos y más chispeantes conversaciones de la filmografía de Ford. Más allá de esto, la carga dramática aportada por las familias de los secuestrados, logra cargar de momentos realmente angustiosos y trágicos. Esto sucede especialmente en cuanto al regreso de algunos de los rehenes y el profundo racismo que se muestra hacia ellos por parte de los familiares, al ver que ya no recuperan a las mismas personas que recuerdan... Los años pasados entre los comanches pesan y ejercieron un cambio drástico entre ellos, cambiándolos en su manera de ser y en la manera de ser vistos por los demás.

Por lo demás, qué podemos esperar de Ford. Buenas interpretaciones en sus actores, excelsos secundarios, el enfrentamiento cultural y de supervivencia entre los nativos y los hombres blancos, esos impagables momentos de humor en sus diálogos y, como no, los paisajes y las cabalgadas en el horizonte de los jinetes, carromatos y su querida caballería completan con pelnitud el metraje de la película. Todo ello lo encontramos en un gran film, quizás algo desequilibrado en su juego del drama de los familiares que buscan a los suyos, y la maravillosa y chispeante relación de los personajes de James Stewart y Richard Widmark, fantásticos en sus roles. Una película muy de Ford, de la que disfruto de vez en cuando y que posiblemente estará entre los diez mejores westerns el director.