Un año después del estreno de la primera temporada de la serie coreana Kingdom y disfrutar de aquella agradable sorpresa, se ha estrenado su segunda parte, en la se esclarecen, en gran manera, algunas de las incertidumbres y preguntas que nos hacíamos los espectadores en relación a los personajes, el origen y desarrollo de la epidemia que convierte a los muertos en andantes hambrientos de carne humana. Estas resoluciones vienen acompañadas de algunas sorpresas y, a su vez, abren nuevas vías hacia una posible tercera temporada.
La dos lineas dramáticas principales presentadas en marzo del año pasado continúan paralelas a lo largo de los nuevos capítulos. Por un lado la lucha sucesoria y de poder por el gobierno del reino y, por otro, la búsqueda de un medio para vencer y eliminar la epidemia y a sus portadores. Bien es verdad que se abren claros en la incertidumbre que nos planteó la anterior entrega en cuanto a la cruel y despiadada lucha de poder en una cultura donde los ministros, consejeros, jefes del ejército y miembros de la familia real pugnan por decidir a quien mostrar su apoyo. Los muertos vivientes comienzan a atacar también con la luz del día, y las explicaciones sobre el porqué y el cómo vencerlos forma parte del desarrollo de esta temporada. Sin embargo he de remarcar que el ritmo y la agilidad con la que se presentó su primera entrega, tiende a desaparecer, debido precisamente a la necesidad imperiosa de explicar las muchas incógnitas que se presentaron entonces. Y esto plantea un hándicap innegable. El cruce de algunas tramas y personajes crean cierta confusión entre los actores secundarios, en un ir y venir de fidelidades y traiciones, obviamente potenciado por el parecido de los personajes por sus rasgos orientales a los que no estamos acostumbrados y la complejidad de sus nombres.
También la parte de la trama dedicada a los muertos vivientes gira alrededor de una intrincada investigación que retrocederá en el tiempo para combatir semejante catástrofe. En este caso, la localización de la causa que lo provoca, reactiva de alguna manera esta parte de la serie, aportando de nuevo un buen puñado de batallas y enfrentamientos a vida y muerte, pero sin llegar a provocar las sorpresas con que nos alucinaron y atraparon a algunos en la temporada anterior. a esto se suma que hay momentos en los que la introspección de los personajes y algunas resoluciones parecen entorpecer el ritmo de los capítulos, más allá de ofrecer algunos momentos en los que se busca sensibilizar al espectador, a veces sin conseguirlo.
Aún con todo y posiblemente debido a la maravillosa ambientación, el corto número de capítulos, solo seis, y el acicate invencible del innegable gusto por el universo de los muertos vivientes y sus motivaciones que se provocan a un buen número de aficionados, hace que la serie se vea, sino con el mismo disfrute que la primera entrega, sí con interés y mucha expectativa. No sé si vendrá una tercera temporada. Hay base dramática para hacerlo y no me extrañaría que se diera una sesión más dentro de un tiempo. Aún con todo y aunque la serie ha perdido algo de empuje, vale la pena echarle un vistazo, aunque solo sea por disfrutar de los atributos que he comentado al principio de este párrafo y conocer la resolución de las incógnitas que se plantearon en la primera entrega. Sin más razones, solo por la ambientación y algunas de las batallas vale la pena ver estos seis capítulos.
Tengo que acabar la primera temporada. Que la abandoné en el tecer capítulo por divresos motivos. Es hora de retomarla.
ResponderEliminarUn abrazo!
Tiene un tramo final brutal!!!
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