Obra cumbre de Giorgio Bassani, esta novela se desarrolla en la ciudad italiana de Ferrara a lo largo de los años treinta. Sus páginas cuentan la relación de una serie de jóvenes judíos en torno a la familia, la casa y los jardines de los Finzi-Contini. Tras la aparición de las leyes raciales fascistas, los judíos son expulsados de la vida pública de Ferrara. El nexo de unión de los jóvenes protagonistas es que este hecho discriminatorio hará que los jóvenes herederos de la familia Finzi-Contini, inviten a su casa a un grupo de adolescentes a los que les une dos vínculos. Uno que son judíos como los miembros de la acaudalada familia. Por otro, el tenis, deporte que comparten todos ellos con auténtica pasión. De esta manera, Alberto y su hermana Micòl, compartirán experiencias con el joven narrador protagonista y, especialmente, con otro muchacho de la ciudad llamado Giorgio Malnate.
Durante los años en que transcurre la novela la relación de los jóvenes se acerca y aleja conforme acontece el día a día. Sin embargo, nuestro protagonista, a veces en contra de su padre, un judío de la burguesía media de Ferrara, comienza a pasar mucho tiempo compartiendo con Alberto y Micòl, largos paseos, comidas inolvidables e intensos partidos de tenis. Esto hará inevitable el acercamiento con la joven Micòl, con la que mantendrá una historia de amor y desamor, típica de la adolescencia más primeriza y novedosa. De la misma manera y de forma paralela, los protagonistas de esta historia mantienen extensas y profundas conversaciones relacionadas con la cultura, la literatura y la política italiana. Es aquí cuando los diálogos entre ellos, deambulan entre su comprometida posición como judíos, así como su acercamiento a ciertos y complejos ideales revolucionarios y comunistas, todo ello incrustado en mitad de una sociedad gobernada por el fascismo de Mussolini teledirigido por los movimientos de Hitler y la contraposición de Francia e Inglaterra. Con todo, dos pivotes importantes soportan esta extraordinaria novela. Por un lado el alto nivel cultural y literario en el que se mueven los jóvenes y su entorno, especialmente en la figura del padre de Alberto y Micòl. Por otro, el complejo descubrimiento del primer amor por parte del protagonista y todas las dificultades de autoconfianza y seguridad con las que se tiene que enfrentar, no solo para ser correspondido, sino por su diferencia social.
Durante los años en que transcurre la novela la relación de los jóvenes se acerca y aleja conforme acontece el día a día. Sin embargo, nuestro protagonista, a veces en contra de su padre, un judío de la burguesía media de Ferrara, comienza a pasar mucho tiempo compartiendo con Alberto y Micòl, largos paseos, comidas inolvidables e intensos partidos de tenis. Esto hará inevitable el acercamiento con la joven Micòl, con la que mantendrá una historia de amor y desamor, típica de la adolescencia más primeriza y novedosa. De la misma manera y de forma paralela, los protagonistas de esta historia mantienen extensas y profundas conversaciones relacionadas con la cultura, la literatura y la política italiana. Es aquí cuando los diálogos entre ellos, deambulan entre su comprometida posición como judíos, así como su acercamiento a ciertos y complejos ideales revolucionarios y comunistas, todo ello incrustado en mitad de una sociedad gobernada por el fascismo de Mussolini teledirigido por los movimientos de Hitler y la contraposición de Francia e Inglaterra. Con todo, dos pivotes importantes soportan esta extraordinaria novela. Por un lado el alto nivel cultural y literario en el que se mueven los jóvenes y su entorno, especialmente en la figura del padre de Alberto y Micòl. Por otro, el complejo descubrimiento del primer amor por parte del protagonista y todas las dificultades de autoconfianza y seguridad con las que se tiene que enfrentar, no solo para ser correspondido, sino por su diferencia social.
Pero más allá de este juego del escritor por interpelar al lector con un sin fin de metáforas relacionadas con la propia situación de los jardines y el muro que los rodea, o la compleja relación con los otros tres jóvenes, actores principales de la novela, cabe destacar la gran capacidad narrativa de Giorgio Bassani. Sus largas y riquísimas descripciones aúnan, con seguridad y ligazón, el entorno urbano de Ferrara, el microcosmos de los jardines de los Finzi-Contini y la realidad plena de curiosidad, capacidad de descubrimiento y las primeras experiencias en un mundo de adultos, de los jóvenes protagonistas. Los extensos párrafos, plagados de comas y explicaciones, cuajan a la perfección en una lectura sosegada y concentrada de la novela. Este aparente esfuerzo, no es tal, ya que sus páginas fluyen perfectamente en la descripción del despertar, del desarrollo del protagonista en un entorno que conforme a la situación del final de los años treinta en de una Italia fascista, no cuaja bien con su espíritu de libertad y afán de descubrimiento. Si a estos párrafos, le sumamos los deliciosos y en ocasiones, profundos diálogos con los que regala el autor a los personajes de la novela, no cabe más que reconocer, tras finalizar su enriquecedora lectura, que estamos ante una gran obra literaria. Y lo es, no solo por su forma, sino también por su fondo, fusionando en sus páginas la decadencia de una sociedad dirigida hacia el fascismo más inhumano, con el descubrimiento de la adolescencia, el amor o de la dureza y las incomprensiones que nos provoca la vida en unas edades en las que uno piensa que todo es posible. Una magnífica novela que todo amante de la literatura de alto nivel debería leer, sí o sí.
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