Siempre he sentido curiosidad por el universo de cómics creado hace años por Valiant, pero hasta la reciente salida al mercado de la oferta de sus tomos integrales por Medusa Cómics, no me he lanzado a hacerme con ellos. Lo primero que he leído han sido los dos integrales de Shadowman y en general he quedado bastante satisfecho. El protagonista es un loa, un espíritu de Nueva Orleans, expulsado del panteón de espíritus, popular de aquellas tierras y encarnado en los miembros varones de los Boniface, una estirpe familiar descendiente un esclavo del sur de lo Norteamérica. Tras la muerte del actual receptor del loa, en su lucha con un ente maligno, el espíritu buscará acomodarse en el cuerpo de Jack, el último vástago y primogénito de la familia. En su lucha contra el mal y por acostumbrase a la presencia del espíritu que le ha poseído, no solo descubrirá un inframundo de muertos y entes malignos, sino que además, este suceso le cambiará su vida actual y la visión que tenía de un pasado de soledad y huida continua.
Siempre me ha atraído el mundo y gentes de Nueva Orleans. Su variopinta población, su folklore, la pasión por los muertos y los ritos herencia del vudú importado, así como la mezcla de creencias y culturas, son un excelente escenario para ambientar la colección de cómics que presenta este personaje. Los escenarios no solo de centran en la cosmopolita ciudad, sino que además, nos adentra en mundos paralelos poblados de espíritus, fantasmas y muertos en tránsito, en un viaje a quién sabe donde. Jack está acompañado de un especie de orden o hermandad, encargada de guiar al poseedor del loa y ayudarlo su nueva misión vital. Si a esto unimos un pasado familiar complejo, una compleja relación amorosa y la presión tanto del espíritu que le intenta gobernar como del acoso de quienes dudan de su capacidad en el cumplimiento de su misión, por cierto, escasamente deseada, tenemos una historia que, para mi, ha resultado lo suficientemente interesante y atractiva como para disfrutarla un tanto.
Dos estupendos guionistas se hacen cargo de las principales tramas que reúnen estos dos integrales. Por un lado, el creador del personaje, Justin Jordan, quien lo presenta en los primeros números, desarrollando la sorpresa y la lucha primigenia que deberá emprender nada más ser poseído. Por otro, el conocido y admirado, Peter Milligan, quien afronta en el segundo tomo, el seguimiento de la lucha de Jack por conocer su pasado y enfrentarse al destino familiar. El primero, se enmarca en una historia de descubrimiento y aceptación, más colorida y llena de acción. El segundo, adentrándose en una trama mucho más oscura y dramática, con mil y una implicaciones personales y de luchas interiores. Ambos muestran un equilibrio y una profundidad muy interesante en una figura como Shadowman, perfectamente perfilada y rica en aristas, carácter y potencialidad. Respecto a los ilustradores que les acompañan, también tenemos varios estilos, resaltando el trabajo de Patrick Rircher y Roberto de la Torre. A mí particularmente me ha gustado mucho el trabajo de Roberto de la Torre, por el tratamiento del universo más oscuro y tenebroso, más allá de que lo conozco de su notable paso por Daredevil. En fin, que he disfrutado de este primer acercamiento al Universo Valiant del que espero mucho más de la mano de Manowar o Bloodshot, que seguramente que ocuparán mis siguientes lecturas de este universo de cómics.
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