Fantástica sorpresa la que nos ha ofrecido la plataforma de televisión de pago Netfilx, con la programación de la primera temporada de esta serie coreana de seis capítulos titulada Kingdom. El argumento nos sitúa en algún momento del siglo XV en plena consolidación de la dinastía coreana Joseon. El entorno más cercano del monarca, se encuentra dominado por el primer ministro y su clan. No solo controla la política y territorios del país, sino que además ha conseguido desposar en segundas nupcias con el rey, a su hija, relegando al primogénito, a la espera del nacimiento de un nuevo heredero. Sin embargo, una serie de muertes en palacio y la llegada de un eminente médico del país, ponen a parte de la corte y al propio joven príncipe en guardia ante el silencio del primer ministro. El origen de un terrible mal se expandirá sin remedio, en medio de la lucha por el poder y el futuro de la corte. Mientras la tiranía y la pobreza dominan el país, una extraña epidemia situará al príncipe al frente de unos pocos resistentes, en una guerra abierta en dos flancos, por un futuro gobierno más justo y la supervivencia de un pueblo.
Importante apuesta y no falta de riesgo, la realizada por Netflix por acercar, no solo una serie asiática, con su componente de ser un producto teóricamente para minorías, sino además, apostar por la temática zombie. La premisa se une al hecho de tratarse de una serie ambientada en la antigüedad, en un entorno extraño al público europeo, absoluto desconocedor de la cultura coreana. Sin embargo, alabo el gusto al programador, al ofrecer una serie que goza de una importante cantidad de aciertos. Para empezar, su ambientación es notable, mostrando al espectador curioso el esplendor de una cultura milenaria, rica en tradiciones y especialmente atractiva para el interesado en la vida y sociedad de aquel país de oriente. Además, técnicamente, a nivel de fotografía, montaje y puesta en escena, goza de una gran nivel, aportando serenidad y elegantes encuadres cuando se requiere, y sorprendentes y muy bien estudiadas escenas de acción, nada escatimadas en cada uno de los capítulos.
Pero, estos dos factores que he comentado, no son especialmente sorprendentes dentro de la filmografía clásica de aquellos países orientales, muy acostumbrados a cuidar al detalle la técnica y la ambientación de su producciones. Uno de los grandes factores de Kingdom es su estudiado guión, el cual entremezcla, por un lado, una trama por la lucha dinástica del reino y, paralelamente, por otro, aporta un fantástico cuento de terror, basado en la figura de los muertos vivientes, quizás un tema ya manido en estos tiempos, pero al que sus creadores dotan de una serie de características y puesta en escena francamente memorables. Además, nos encontramos con unos protagonistas que funcionan dentro del argumento, y aportan esa necesaria historia personal de los supervivientes, en su lucha por la su supervivencia. Sobresale la figura del príncipe heredero, adalid de un pueblo tiranizado y amenazado por el terrible mal, y también su fiel guardaespaldas. No olvidar a la enfermera o al joven y misterioso luchador, figura llena de suspense. La dramatización de una trama basada en el gobierno de unos pocos advenedizos, enfrentados al liderazgo del príncipe, funciona bien, ante la tesitura de la crisis de la epidemia, logrando aportar un sentido a la serie, más allá de la tensión y el suspense ofrecido por los resultados de la expansión de de los zombies. Las escenas de sus ataques y características tan amenazadoras, bien calibradas con una impresionante fotografía y puesta en escena, dejan muy mal parados a algún denostado producto en horas bajas, como la serie Walking Dead.
En definitiva una gratísima sorpresa, de una serie fantásticamente producida y dirigida, que ante su gran recepción por los espectadores, ya está preparando su segunda temporada para el próximo año, dejando en alta expectativa su llegada, gracias a un último capítulo que nos ha dejado a todos con ganas de mucho más... Buen uso del suspense, servido con cuenta gotas, dejando al espectador con la sensación de que todavía hay muchas cosas que descubrir en la vida de los protagonistas. Super recomendable. Por cierto, hace unos años reseñé por estos lares Guerra de Flechas una película también coreana que me dejó bastante buena impresión.