"Joker"

Inevitable ir a verla e inevitable hablar de ella. Me pasa un poco como me sucedió con el estreno de la última película de Tarantino. Todo el mundo opina, juzga, critica y habla de uno de los estrenos más esperados del año, sobre el que ya se comentaba y alababa incluso antes de su estreno. Siempre creo que algunos de estos comentarios y conversaciones están en cierta manera manipulados y dirigidos por las campañas de marketing de las productoras y distribuidoras. No hay nada como ver in situ el género, disfrutarlo en una buena pantalla de cine y, tras meditar si hiciera falta, como en mi caso, escribir unas líneas en mi blog y compartirlo con quien quiera y pueda leerlo. 

Como decía, la masiva campaña que se ha montado alrededor de "Joker" y especialmente alrededor de la interpretación de Joaquin Phoenix, si no ha sido excesiva, por lo menos ha resultado apabullante. Y mucho más, en referencia al viso y los destellos que la relacionan con el universo de cómics de DC y el personaje de Batman. Ante todo y sobre todo, señalar que no, repito, no es, una película de super héroes ni villanos al estilo de los productos con los que, en general, Marvel y DC, han denostado el mundo de los personajes que hemos mamado muchos de nosotros en los cómics de papel y tinta.  Sí es cierto que Joker arrastra ramalazos que lo relacionan con este universo, como por ejemplo que se desarrolle en Gotham, que aparezca el personaje de Thomas Wayne, padre del que luego será Batman y el complejo hospitalario de Arkham, más allá de algunos detalles o nombres que seguro se me han escapado. Joker es uno de los villanos y enemigos más clásicos de Batman, pero hasta aquí todo la relación sugerida en la película. 

Encontramos mucho más, conceptos más mundanos, sociales, humanos y quizás, hasta cercanos a nuestra realidad. Su vehículo conductor es un joven payaso llamado Arthur Fleck, que sigue un tratamiento cargado con un buen pozal de medicamentos contra una pretendida enfermedad que le hace reír en momentos tan inconvenientes como inexplicables, subsiste de la ayuda de asuntos sociales, vive con su anciana madre y deambula en un mundo que no lo comprende y en el que no encaja, mientras una grave crisis social y económica afecta de manera aguda a la ciudad. Desde el primer instante, Todd Phillips, director de las películas tan olvidables como la saga Resacón en la Vegas, se entrega en cuerpo y alma a mostrar al espectador el pasar por la vida, las desgracias y los desvaríos del protagonista, un ser solitario, purgado por sus problemas mentales y por su afán por ser un convincente payaso y un cómico de carrera. 

Entiendo que el personaje de Joker no es solo una creación, una visión, una versión sobrevenida y sopesada en la mente del director, ya que tras alucinar con la interpretación de Phoenix, no cabe sino imaginar que, gran parte sino toda la dedicación y descarnada actuación ofrecida, es la aportación personal del actor. Pudiera pensarse que resulta sobreactuado, expuesta a un sin fin de tics, amaneramientos y aparentemente sobredimensionado, pero en una lectura más cercana y humana al personaje interpretado, llego a comprender la actitud y el empeño del actor por mostrarnos un ser herido, maltratado, que hereda un poco de ese Joker del cómic, al que se le añade humanidad,  mucho de miseria, de lacra de la enfermedad y, sobre todo, el peso mortal de la incomprensión, el abuso y, a fin de cuentas, la sobrevenida autodestrucción provocada por el desplazamiento social y la discriminación en su entorno. Todo lo que pudiera decir de Phoenix sobra, resultando más que suficiente disfrutar de su interpretación descarnada y sacrificada en aras de mostrarnos con su cara, en sus expresiones, en su mirada, todo lo que su personaje puede ofrecer. Las circunstancias que devienen en su vida, lo lanzan, en un sesudo y desarrollado camino, hacia el personaje que termina encarnando al final de la película.

Pero este film tiene muchos más aciertos. La ambientación de una ciudad castigada por la crisis económica, no la actual, sino más bien la que sufrió EEUU en la época de Reagan y las desigualdades en aquellos primeros años de Wall Street, resulta apabullante y francamente acertada. Los problemas de recortes de los servicios sociales, los tugurios donde los monologuistas y cómicos retan cada noche a soltar una risa del público más duro y exigente, o el boom de los late nights, en los que apuntalar las desgracias del prójimo no dejan de ser una instrumental arma de doble filo para lograr un buen nivel de audiencia. Por otro lado, la textura de la película muestra el cuidado trato del director en referencia a los colores apagados y la sensación de tristeza y presión que soporta una sociedad castigada por el capitalismo. Lawrence Sher no es un director de fotografía especialmente conocido, pero nos regala una buena serie de planos inolvidables, que convierten a Phoenix y su personaje en una absoluto icono, más allá de la excelente fotografía desarrollada, tanto en interior como en exteriores. Tomo como ejemplo las increíbles escenas desarrolladas en el metro de Gotham, o en los callejones y escaleras del barrio de las afueras en donde vive el protagonista. Para terminar con los datos técnicos, todos ellos loables, remarco la imprescindible bso creada por Hildur Guönadóttir, creadora de la partitura de películas tan reconocidas como Sicario 2. El día del soldado o María Magdalena. La tensión de su música, el sonido de sus notas, completan y fusionan a la perfección con la historia y las imágenes que nos traslada la película. No es casualidad su relación y colaboración profesional  como chelista con el gran compositor y recientemente fallecido Johann Johannsson.

"Joker" es una gran película y Joaquin Phoenix realiza una espectacular interpretación, llena de matices y mensajes. Pocas palabras más para definir un film poderoso, rudo, casi terrorífico, en el que la imagen del individuo frente a una sociedad llena de desigualdades, entrechoca con la sombra alargada de un complejo pasado y la visión descarnada del universo de las enfermedades mentales. Si a esto unimos un notable trabajo de dirección y apartados técnicos... bueno, pues solo queda verla y recapacitar, más allá de apartar de nuestra mirada el fútil y en general vacuo universo de los cómics llevados a la pantalla en los últimos años.