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martes, 4 de junio de 2019

"Moonshine" - Volumen 2

Casi un año después de la publicación del primer volúmen de esta historia presentada por Azzarello y Risso, sale a la luz el segundo volúmen con una portada que ya no pretende ocultar el pilar de la trama en la que se mueve esta historia situada en los años veinte y treinta en tierras de Virginia. Como ya recordaréis mientras la mafia italiana de Nueva York quiere hacerse con los servicios de los fabricantes de un whisky especialmente bueno elaborado en las montañas de aquel estado, provocando una cruenta guerra sin piedad, un secreto  insondable, rodeado de misterio y terror, parece protagonizar el escenario al que unos y otros se verán arrastrados.

Mientras los secuaces de Joe Masseria pensaban solucionar su conflicto con los oriundos, descabezando a la familia virginiana y provocando no pocos altercados en la zona, el que fuera inicialmente su agente y mensajero, Lou Pirlo, comienza su propio periplo  en un viaje en tren que lo llevará directamente a limpiar carreteras bajo la vigilancia de un fusil y una placa. Sin embargo, lo que ya forma parte indisoluble de su sangre, provocará a su alrededor situaciones sorprendentes y difícilmente controlables. Ambas tramas, ya divergentes, forman la estructura en la que se soporta este nuevo volúmen, a primera vista de transición, ya que todavía no tengo ni idea de que nos deparará esta historia en el futuro, labor que depende de un Azzarello, siempre lento pero habitualmente seguro en su función de guionista.
Aunque estos devaneos y vaivenes puedan provocar cierta impaciencia en el lector,  quiero pensar que el trasfondo que esconde esta mezcla de género fantástico y género negro tiene, no solo un sentido, sino que esconde algo más que la superficie dramática que se intuye en sus diálogos. Con todo, lo que realmente me mantiene atrapado es el dibujo de Risso. Siempre he sido un fiel seguidor de su obra, pero sin duda, el dibujante no ha perdido su fuerza, es más, el ambiente oscuro de los bosques de Virginia y el factor de contener en sus tramas un componente oscuro, fantástico y tenebroso, hace que su juego de fondos negros, haga resaltar las figuras y los retratos de sus protagonistas, llamando su atención en su buen hacer. Sus composiciones en las páginas del cómic, forman auténticas piezas de arte, en un juego entre acción, violencia y la perfecta ambientación en el escenario de sus historias. No tengo nada claro sobre que haría yo ante esta obra, si no estuviera Risso al frente de sus lápices y pinceles. Desde luego el ilustrador, por ahora, se encuentra muy por encima del guionista, algo que espero, vaya equilibrándose conforme avance la historia.