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jueves, 6 de junio de 2019

"Los jinetes del mar" - Fernando Lillo Redonet

Esta novela escrita por Fernando Lillo Redonet, versado novelista y ensayista y colaborador habitual de la editorial Evohé, afronta en sus páginas una auténtica aventura de exploración por las lejanas costas de África, más allá de las Columnas de Melqart, de la mano del sufete cartaginés Hannón. El embrión de esta historia lo encontramos en un extracto de un relato encontrado en un manuscrito fechado en el siglo XI d.C. Los ecos de este retazo casi mítico traslada al lector a las postrimerías del siglo V a.C. Es a partir de un pequeño pedacito de historia, a partir del cual el autor construye una aventura en la que engloba recuerdos del pasado cartaginés y su situación histórica en una época en la que Grecia ha vencido al rey Jerjes en las batallas de Salamina y Platea.  Cartago, aliado de los persas, sufre cara su derrota, no solo en la lejana Grecia, sino también en Sicilia, en una operación gestada de su alianza para desviar la atención de los griegos en su guerra contra sus enemigos. Es a partir de estos hechos y utilizando como guía aquel relato protagonizado por Hannón, donde Lillo reconstruye el viaje más allá de las Columnas, por las costas africanas, de un heterogéneo de personajes cargados con un gran componente histórico, con el que afronta un viaje de aventuras y exploración al más puro estilo del género.
Para ello, el autor se afana en, seleccionar una serie de personajes, que confluirán en el viaje. Por un lado, y para situar el componente histórico de la novela, reutiliza la figura de un espartano llamado Aristodemo, con un oscuro historial en su real participación en las guerra contra los persas, como testigo de las batallas más importantes del conflicto. Como no, Hannón es el guía intrépido, hijo de Amílcar y hermano de Himilcón, ambos navegantes avezados en las exploraciones allende los mares, sobre el que girará la aventura en ciernes. Les acompañarán en su aventura, un piloto cartaginés llamado Sebub y su aprendiz Anibal, y no podían fallar la esposa de Hannón, llamada Dido, además de una bella esclava de nombre Isthar, ambas representación de las distintas visiones del amor, la fidelidad, los sueños y la pasión. A todos ellos se incorporará Hasis, embajador de la ciudad de Liks y componente importante de lo que suceda a lo largo y ancho de este mítico viajes. 

Aparte de que los personajes quizás estén un tanto estereotipados, debo incidir en el esfuerzo realizado por el autor para dotarles de cierta madurez y profundidad, especialmente en el caso de los que considero los dos protagonistas, Aristodemo y Hannón. El conjunto de protagonistas, dentro del crisol en el que se nos presenta, pretende equilibrar la fortalezas de unos y las debilidades de otros, la serenidad frente a la pasión, los intereses personales frente a los de una comunidad a la que sirven. La humanidad de algunos de ellos contrastan con cierto halo mítico de otros, con lo que la sensación de encontrarnos ante un viaje iniciático, con grandes dosis de destellos míticos, se termina fundiendo en la realidad histórica de las exploraciones cartaginesas en el mediterráneo y más allá de las Columnas de Melqart. Todo ello viene acompañado y aderezado de los componentes básicos del género de aventuras y de viajes más clásicos de la literatura universal, desde los clásicos de Homero, pasando por las historias de Jasón y los argonautas, hasta enlazar con los grandes relatos de los escritores del XIX. Las estampas de los protagonistas en las costas africanas me recordaron con ilusión, a las aventuras relatadas por Verne, Salgari o Haggard.

Por todo ello, esta novela es un claro ejemplo de cómo se puede jugar con la historia, el mito y la ficción, abordándolo con aparente sencillez pero con una buena cimentación narrativa. Recrea con entretenimiento y base histórica, una aventura de exploraciones, amores, conquistas y relaciones humanas y míticas, situada en unos siglos en los que Cartago estaba en ciernes de convertirse en la gran civilización que representó más adelante a lo largo de los siglos III y II a.C. El gran pueblo de los Jinetes del Mar.