Una temporada más me he rendido a la locura de esta serie protagonizada por la familia más deslocalizada, gamberra e irreverente de la televisión. Y se dice pronto, pero ya vamos seis temporadas y la familia Gallagher sobrevive entre alcohol, drogas, delincuencia y sexo, sin que las tramas y las relaciones de los protagonistas terminen por aburrir al espectador. Y qué bien me lo paso, capítulo tras capítulo, por supuesto, siempre en versión original.
Las historias de cada uno de los miembros de la familia y sus amigos, van complementándose y cruzándose conforme avanza la temporada. Unos y otros van metiéndose en lios irremediables, en los que como siempre, el personaje de Frank, en sus entradas y salidas de sus vidas, marcará el devenir de la serie. Su juego con unos traficantes de drogas y el embarazo deseado de la pequeña Debbie, le llevarán, como siempre, a pretender vivir acosta de todo y todos, hasta que se cruza con el nuevo y flamante amante de Fionna. Este cruce de intereses marcará de manera importante el final de la temporada. Fionna se enamora de su jefe, antiguo drogadicto, y parece que por fin puede encontrar la felicidad. Mientras Debbie, decide tener un hijo de un joven que rápidamente desaparecío de su vida. Esta historia de la joven madre adolescente resulta muy bien resuelta.
Respecto a los hermanos Galagher, Carl sale del correccional, y a lo largo de los capítulos de la serie sufre una profunda transformación debida a la muerte de su amigo y guarda espaldas afroamericano y tras conocer a una joven del colegio hija de un policía. Lip entra en la universidad con una beca y se ocupa como ayudante de un eminente pero fracasado y alcohólico profesor, al que terminará pareciéndose demasiado por su adicción a la bebida. Y por último, Ian, tras lograr superar su bipolaridad, se enamora de un bombero y decide sentar cabeza logrando un puesto en emergencias... Quizás, el que mejor encauza su vida en esta sexta temporada. Ahhh y no olvidar a Kevin y Verónica quienes junto a Svetlana terminan formando un divertidísimo y sexual trío, por culpa o gracias a un inspector de inmigración.
En definitiva, como siempre Shameless nos ofrece una amplia amalgama de situaciones estravagantes y límites, en las que los protagonistas siempre se encuentran al borde del precipicio. Algunos, según la temporada que se trate, entran en un profundo agujero negro e insondable, otros logran superar sus dificultades, entrando en momentos de auténtica libertad y esperanza en sus vidas. Es a la vez, la serie mas dramática y descojonante del firmamento televisivo... y que siga por muchas temporadas más.
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