Christopher
Summerville nos emplaza en la
Península Ibérica en el año 1808, cuando Napoleón ya había situado en el trono
español a su hermano José, los españoles se habían levantado en armas contra el
francés e incluso habían conseguido infringir en la batalla de Bailén la
primera derrota del ejército invasor. Napoleón, cruzó los Pirineos con 80.000
soldados para intentar aplacar al pueblo levantisco que, a pesar de ser
extremadamente aguerrido, no dejaba de ser un grupo heterogéneo más o menos
organizado de soldados y patriotas disgregados a lo largo del territorio.
Es entonces cuando el gobierno
británico decide entrar a coprotagonizar el largo periodo de las guerras contra
Napoleón. Ya sea por el romanticismo que los británicos quieren
ver en todo lo que sucede en la Península, ya sea por el esfuerzo de la
embajada española para lograr en un principio ayuda económica, ya sea por el
interés de la gran Albión de enfrentarse en tierra firme al invasor francés,
Londres decide enviar una fuerza de intervención, que desembarcará en Portugal
y posteriormente se adentrará en territorio español.
Aquí es donde empieza a
desarrollarse en el libro la historia de la primera campaña de Gran Bretaña en
la Península, que nos llevará por caminos rurales, bajo lluvias torrenciales,
extensos barrizales, campos nevados y
ventisqueros terribles, a lo largo de parte de España, hasta terminar con el
embarque de las tropas en el puerto de La Coruña en 1809.
Será el general Sir John Moore el encargado de
comandar la operación de apoyo a las tropas españolas. Cruzará la frontera de
Portugal el 1 de noviembre de 1808. A lo largo de casi dos meses el contingente
británico se dedicará a intentar realizar maniobras de evasión y engaño, para
provocar al ejército de Napoleón, evitando que llegue al centro del país y consiga
reducir a los españoles levantados en armas, que tanto daño le produjeran en
ese año.
Sin embargo las tropas británicas, finalmente tuvieron que tomar camino de
Galicia para no caer en manos de un ejército superior en efectivos y material,
lo que llegaría a forzar la llamada Marcha de la Muerte, en el periodo más frío
e inclemente del año, en territorio desconocido y sin el avituallamiento necesario
para un ejército de 20.000 soldados.
Todo ello llevará a que, tras
casi 30 días de penalidades siempre en retirada, con la retaguardia británica defendiendo
heroicamente los puentes recién cruzados por el ejército, los británicos lleguen
a La Coruña. Por fin el general Sir John Moore se verá obligado a enfrentarse
al ejército francés del Mariscal Soult. Será en el cenit de la batalla, cuando
el insigne Sir John morirá en combate sin abandonar suelo español.
Nos encontramos ante un ensayo
entretenido. Desarrolla la intervención y posterior retirada de las tropas
británicas, salpicando el texto de las experiencias de distintos intervinientes
de la tropa y oficialidad, lo que consigue humanizar y acercar los acontecimientos
que acompañaron la llamada Marcha de la Muerte. Además los distintos combates
que se dan a lo largo de la campaña, están llenos de acciones de valentía,
cargas de bayoneta e intervenciones heroicas.
Por otro lado, se trata de un ensayo claramente pro- británico, donde tanto la población
española como los mandos nacionales quedan muy mal parados. En distintos
momentos del libro se les presenta como traidores, huraños a prestar ayuda,
negando a los aliados cualquier tipo de apoyo militar o estratégico. Por
supuesto en sus comentarios los militares británicos ensalzan y justifican su estancia en el país como
libertadores frente al yugo del francés.
Sin embargo a lo largo del texto,
podemos ver los problemas reales del ejército británico. Continuamente se
cometían faltas graves de disciplina, la tropa cada vez que estacionaba en una
población rapiñaba y se embriagaba con facilidad. Todo ello sacaba de quicio al
comandante en jefe, pero en ningún momento consiguió atajar estas faltas y el
ánimo de las tropas decaía constantemente. Realmente, se dió una carrera en
busca del mar, en la que el buen uso de la retaguardia y de la caballería
consiguió que los franceses no llegaran a copar al enemigo y entablar batalla
campal hasta llegar a La Coruña.
El libro consta de 236 páginas,
de las cuales 200 forman el ensayo en
sí. Acompaña el texto planos de los movimientos del ejército y de la batalla de
La Coruña, además de datos sobre la formación británica y sus bajas. Por
supuesto apéndices, bibliografía y una pequeña biografía de los personajes
destacados.
En definitiva un libro que no es
extenso y relata de manera relativamente llevadera los sucesos acaecidos.
Reseñar eso sí, la flema británica del texto, que por supuesto desmerece toda
actuación y comportamiento del ejército español y no digamos de su población.
Pero es que nadie es perfecto, ¿o ellos sí?
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