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martes, 19 de abril de 2022

"El espía inglés"

 
Hace ya unos años, el bueno de Steven Spielberg dirigió El puente de los espías, película en la que se contaba las peripecias de un abogado estadounidense en la negociación por el intercambio de un agente soviético y un piloto estadounidense, en Alemania Oriental, en los años del levantamiento del Muro de Berlín y la Crisis de los misiles de Cuba. Pues bien, no voy a negar que este tipo de películas del género de los espías, de las que a lo largo y ancho de la historia del cine hay muy buenos ejemplos, me gustan un montón. La película que hoy reseño, se sitúa en los mismos años en la que se ambientó la cinta de Spielberg, y ha sido estrenada directamente por la plataforma Amazon Prime Video. La figura de su director es una atractiva referencia de buen hacer. Sin ir más lejos dirigió la adaptación de la novela de Ewan McEwan, titulada Cheasil Beach, y algunos capítulos de la imprescindible e irrepetible serie La corona vacía. La guerra de las dos rosas. Con estas dos referencias y un plantel de actores muy jugoso, basta para ponerse delante del televisor y adentrarse en la trama de El espía inglés. Si bien no es de lo mejor del director, sí que merece echar un vistazo a esta cuidada producción británica.
Ante las evidencias de que un coronel soviético, cercano a puestos de seguridad de Moscú, desea pasar a occidente información reservada,  los servicio secretos británico y estadounidense fichan a un mediocre y normal ingeniero encargado de exportaciones e importaciones de una empresa británica, para contactar con el que será posiblemente el espía más importante que los occidentales tengan en la historia de la Guerra Fría en la Unión Soviética. Y lo digo porque esta película está basada en hechos y personajes reales. A lo largo de sus ciento diez minutos, desgrana el esfuerzo realizado por este ingeniero de medio pelo, que conseguirá vincularse con confianza en ciertos estratos de la industria soviética de la mano del coronel. Un personaje éste, preocupado por la escalada nuclear de su presidente del Soviet Supremo, Nikita Kruschev, y que en claro peligro para su vida, decide avisar y colaborar con occidente. Por supuesto, la película goza de ciertos momentos de tensión y suspense, además de incidir en la amistad que, aparentemente, nace entre ambos espías, más allá de los problemas y la vida personal que lleven ellos mismos en privado. Es verdad que la película está dentro de lo convencional, a lo que nos tiene acostumbrados el género, pero en general resulta bastante solvente y entretenida.
Parte importante en el resultado de este film recae en la presencia de Benedict Cumberbatch, en una interpretación del ingeniero británico en la línea de sus trabajos ante la cámara. Es innegable la capacidad y facilidad de este actor para convertirse en el personaje que desee, si bien, y quizás como excepción a la regla, no sea el mejor referente de esta película. En este caso debo llamar la atención en el muy serio trabajo del actor Merab Ninidze en su encarnación del coronel Oleg. Sin ser un actor especialmente conocido más allá de su participación en En algún lugar de África o la serie McMafia, su trabajo en este film resalta por su implicación e interpretación, de la que resuda la tensión y el peligro que rodeaba la traición, larga en el tiempo, del espía soviético. Realmente me ha gustado mucho su actuación, seria y comprometida. Por lo demás, añadir la aparición de Rachel Brosnahan, archiconocida por su papel en la deslumbrante serie La maravillosa señora Maisel, aunque en realidad su interpretación no pasa de lo normal. Creo que le costará a esta actriz desprenderse la locuaz y maravillosa personalidad de Mrs. Maisel. Añadir, por lo demás, una siempre interesante ambientación de aquellos grises y complicados años en los que Alemania y Europa se partía en dos y los EEUU y la URSS situaban al borde de la guerra nuclear al mundo entero. En definitiva una interesante película del género que bien vale la pena ser visitada. 



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