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jueves, 28 de abril de 2022

"The rider"

 

Película que fue el precedente al gran éxito y oscarizado film del año pasado, Nomadland, de la directora Chloé Zhao, The rider acaparó tres años antes, muy buenas críticas y algunos importantes premios, que apuntaban en aquel momento la calidad y visión de esta joven y creadora independiente. En este contemporáneo western, el protagonista es un cowboy que, tras un grave accidente en un concurso de rodeo, debe asumir que no puede volver a montar y trabajar con caballos, enfrentándose a su nueva situación en un mundo en el que no termina de asentarse  y aceptar su nueva situación.
Aprovechando una historia real y a sus protagonistas, porque tengo que avisar que el personaje principal y algunos de sus familiares interpretan sus roles en este film, la directora nos presenta, con cierta sequedad pero con mucha verdad y nada de artificios, la dura vida del mundo del rodeo y la doma de caballos, en unas tierras difíciles de los EEUU, donde la manera de salir a flote en la vida es especialmente dura. Si ya resulta difícil el sobrevivir a flote a base de concursar en los rodeos, algo por otro lado extremadamente peligroso, y negociar en el complejo negocio del caballo, cuando el protagonista se recupera de su accidente, se encuentra con la difícil papeleta de asumir su nuevo rol, al que se enfrenta con cierta rebeldía. Más aún, teniendo un hermano que tras otro duro altercado en un rodeo, quedó parapléjico en una silla de ruedas. Las relaciones con la familia, especialmente con su padre y con su entorno de amistades, no facilitan la nueva realidad de un joven que ha vivido solo por y para el mundo del caballo.
La verdad que supura en su historia llena plenamente la pantalla, plano a plano, en esos escenarios casi desérticos y de alta pobreza, en un universo en el que el caballo es el principal sustento, tanto del día a día como de los sueños creados. Esta dura y real historia de frustración se combina a la perfección con la natural y bella manera de trasladar la realidad de lo que cuenta la directora, a base de una espléndida fotografía, en la que los paisajes solitarios y los páramos insondables forman parte inequívoca de la dura vida de aquellos hombres y mujeres estadounidenses. Una raza de supervivientes que sobrevive alrededor del caballo en un mundo de tecnología y capitalismo, a base de sueños, familia y amigos, signos incuestionables de un western sureño abocado a ir desapareciendo. La visión del protagonista, en su negativa a abandonar sus sueños, le enfrenta a la dura realidad de su propio accidente y la experiencia vivida por su hermano, rol imprescindible y clave en una película, en mi opinión, muy superior y realista a la que propuso la directora, años después, de la mano de la oscarizada Frances McDormand.  
The rider es una película llena de sentimiento, verdad, frustración, tristeza y esperanza. Una película tan bella como sombría, pero que con todo, muestra un destello de vida y felicidad en la propia desgracia vivida, aún perteneciendo a un universo en decadencia, maltratado social y económicamente. Ese equilibrio es el que domina Chloé Zhao estampándolo en la pantalla, con crudeza pero con verdad, para transmitir sentimientos y realidades sociales aparentemente olvidadas en la actual sociedad estadounidense. Aprendamos de esta directora y no la perdamos de vista, porque no hay más verdad que la que reflejan estas gentes, apartadas y, a veces, olvidadas en la vorágine de nuestra sociedad. Por cierto, esta peli tiene mucho de la literatura del gran novelista Cormac McCarthy. Tomen buena nota.



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