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jueves, 29 de octubre de 2020

"La maldición de Bly Manor" - Miniserie

El estreno, hace dos años, de la mini serie La maldición de Hill House provocó una cascada de buenas críticas, incluida la de un servidor. Si bien hubo gente a quien no convenció, creo que la aportación, si no de toda la mini serie, sí de algunos de sus capítulos, fue más que llamativa por su estructura, calidad y trabajo detrás de las cámaras. Entiendo que debido a los buenos resultados, su creador Mike Flanagan, se ha lanzado a presentar una nueva mini serie, sin conexión con la anterior, más allá de contar con algunos de los intérpretes de la primera entrega y volver a tratar un historia de fantasmas. Y lo hace tras estrenar una ambiciosa secuela de "El resplandor" con resultados, en mi opinión, algo irregulares.
En este caso la historia la protagoniza una joven norteamericana, con un trauma generado por un accidente sucedido en el pasado, que se presenta para ocupar un puesto de cuidadora de dos niños huérfanos en una mansión de la campiña inglesa. Debe pasar una entrevista previa de la mano del tío de los niños, un abogado de Londres. Una vez conseguido el puesto le reciben en la mansión, además de los dos niños, una mujer encargada del cuidado de la casa, un joven cocinero y una jardinera. Al poco de llegar a la casa, una serie de apariciones nos muestran que la casa parece estar encantada. La serie va desarrollándose capítulo tras capítulo de la mano de cada uno de los personajes, descubriéndonos su pasado y la relación que existe entre ellos, y particularmente el nexo de unión con los niños. Para más inri, un año antes de que nuestra protagonista accediera al servicio de la casa, otra joven trabajó para la familia... y no cuento más.
Si bien creo que esta mini serie no alcanza la calidad y la sorpresa que nos ofreció la anterior entrega, debo decir que algunos de sus capítulos funcionan bien, particularmente el quinto, creo recordar, en el que muestra un cambio drástico en la trama de la serie y una estructura narrativa muy interesante. El juego de su creador con la presencia real o no, física o no, de los protagonistas, junto a la realidad de historias paralelas en el tiempo que se entrecruzan con saltos hacia atrás y hacia adelante, imprimen misterio y porque no decirlo, algo de ofuscación en el espectador. El enredo alrededor de la casa de las muñecas de la niña y sus ocupantes, presenta la consabida cuota de miedo, aunque a primera vista, en pocas y muy controladas dosis. Es cierto que esta entrega, miedo no da, pero creo que intenta presentar las historias que la ocupan con un nexo de unión muy remarcado. Me refiero al amor y sus consecuencias, un asunto que es protagonista y causante de la gran mayoría de las historias de miedo más clásicas y conocidas por el aficionado al género. Precisamente es en este sentimiento y en los efectos que causa en las personas, en el que se basa la mini serie localizada en la mansión de Bly Manor. En el amor se pueden originar los celos, la pasión, traiciones, engaños, abandonos, sexo, dudas, decepciones y, como no, actos violentos y asesinatos. Y si bien es verdad, muchas veces el amor es el clavo ardiendo al que muchas personajes se agarran en su huida hacia adelante o en su búsqueda de una boya salvadora, Flanagan insiste en presentarnos los terrores y las peores consecuencias de un amor malentendido o equivocado. Esta es la esencia de la serie, desde mi punto de vista. 
En definitiva, una entrega más descafeinada que la anterior, con pocos sustos, pero con una base dramática bien construida y con una interrelación entre varias tramas en el tiempo, bien conexionadas, aunque a veces lleve al espectador a cierta confusión. Creo que cuanto menos, resulta interesante y merece darle una oportunidad. Os recuerdo que es una serie a la que hay que darle cierto tiempo...







 

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