"Le Mans ´66"

Una de las pocas películas que se me quedaron en el tintero de las candidatas a los premios Oscar del año pasado. Está dirigida por James Mangold, un director al que le tengo bastante estima por su seriedad y detallista manera de trabajar en prácticamente todo lo que toca. Películas como Copland, Identidad, En la cuerda floja, El tren de las 3.10 y su particular visión del personaje de Lobezno en Logan, lo sitúan en un lugar privilegiado en la lista de directores a tener en cuenta.  Si además, y me acabo de enterar, está preparando una adaptación de la novela de Don Winslow, Corrupción policial, para 2021, mi interés por él sube muchos enteros. En este caso nos muestra una historia real enmarcada en los años sesenta, en la que Carrol Shelby, un excéntrico constructor de coches deportivos y de carreras, y Ken Miles, un rebelde y extraordinario mecánico y conductor, fichan por la marca de coches Ford para desbancar a Ferrari en la famosa carrera francesa que se disputa en Le Mans.

Ambos personajes y su participación con Ford en la carrera de 1966 son hechos verídicos, así como su conclusión, aunque parezca particularmente extravagante. La película comienza con la propuesta de un directivo de la marca norteamericana para subir el standing y las ventas de sus coches. Objetivo, vencer a los Ferrari en las carrera más famosa del mundo. Para lograrlo fichan al ganador en 1959 de la carrera, Carrol Shelby y a su equipo de constructores e ingenieros. Éste recomienda a su amigo Ken Miles, un conductor de primera pero de difícil trato y caracter intratable. Sin embargo, ambos, con su ingenio y conocimientos, más el dinero aportado por Ford, logran construir un coche capaz de competir con los italianos. Y es aquí cuando Mangold construye una trama de personajes y relaciones, digamos incluso, de buenos y malos, para arropar con cierta solvencia esta historia de coches de carreras. Y lo hace bien, aunque quizás se pase un poco con algunos lances y curiosidades aportadas a la película en cuanto a la relación con el director de competiciones y carreras de Ford y en algunos detalles de la carrera de Le Mans. Aún con todo, la película está muy bien construida. 

Su historia tampoco puede dar para mucho más y, sin embargo, el director logra construir un film altamente entretenido, que te atrapa, gracias en gran parte, a la química de los dos protagonistas, Matt Damon y Christian Bale. Sus personajes se ajustan entre ellos perfectamente y equilibran sus locuras, su deseo de ganar y su capacidad de trasladar sus conocimientos y su manera de conducir, a un coche capaz de vencer a los imbatibles Ferrari. Ambos actores, acompañados por un buen plantel de secundarios, dan solidez al argumento. Pero sin duda, hay que llamar la atención sobre un portentoso apartado técnico, tanto en la cuestión de la imagen, el sonido, la ambientación y, sobre todo, en las eficientes manos de Mangold a la hora de manejar la cámara. No por casualidad, sus candidaturas en los Oscar fueron básicamente, en apartados técnicos, además de la anecdótica presencia en el apartado a mejor película, saliendo vencedor en mejor un montaje fantástico y efectos sonoros. Sin duda, el reconocimiento es por toda ella en su conjunto.

Estamos ante una excelente películas de carreras de coches, bien dirigida, muy entretenida y que goza de la actuación de dos de los grandes y solventes actores de la actualidad. El papel de Bale, me recuerda un tanto al del ex boxeador de The fighter, por el que ganó su Oscar al mejor actor secundario. Como decía, estéticamente la película es perfecta y lo que Mangold hace con la cámara en las escenas de las carreras es una maravilla. Lástima no haber podido verla en pantalla grande, porque seguramente el resultado es espectacular. Esta película resulta ser el resultado de un buen trabajo en todos sus apartados y eso no resulta fácil de ver en una película basada en las carreras de coches y las historias de sus pilotos. No está de más que investiguéis sobre la vida de ambos personajes. Son leyendas de la historia del automovilismo mundial.