Nos encontramos con un ensayo eminentemente de corte militar, donde Julio Albi desarrolla el proceso de la independencia de América desde los primeros embates acaecidos en 1809 hasta el año 1825, año en el que únicamente tres bastiones realistas resistían frente al envite independentista: San Juan de Ulúa, El Callao y Chiloé. El autor describe capítulo a capítulo, año a año, los movimientos de emancipación, la respuesta realista, tanto en lo que se refiere a las fuerzas españolas y americanas situadas en el propio continente como las que se enviaron desde España, y el sinfín de enfrentamientos y batallas que asolaron América a lo largo de aquellos años. Gracias a un concienzudo y detallado estudio de la bibliografía existente sobre aquellos hechos, en especial, en su acercamiento al extenso número de estudios realizados en el continente americano, el lector se puede hacer a la idea de la complejidad de aquel proceso, que no solo provocó una guerra de independencia. Como bien nos indica en su primeras páginas, aquel conflicto se convirtió en una guerra civil debido a que en el bando realista un gran número de combatientes eran originarios de América, todo ello debido al limitado número de tropas peninsulares, algo que se acrecentó con el tiempo.
El ensayo comienza con una descripción pormenorizada de la situación del ejército realista tanto en España como en América. En el caso del primero, la situación era desastrosa, debido especialmente a la Guerra de Independencia contra Napoleón. En el segundo caso, se describe la heterogeneidad de las mismas, compuestas por un escaso número de tropas peninsulares, además de los llamados cuerpos fijos, compuestos en su inmensa mayoría por americanos, y las Milicias. Estas circunstancias, incluida la escasa aportación de soldados enviados desde la península, nos lleva a percibir como una de las principales características del conflicto, el hecho de la profunda americanización del ejército que a lo largo de los años defendió con valentía y fidelidad los intereses de Fernando VII. Si bien Albi se refiere en esta obra especialmente a los hechos militares, no evita apuntar que las causas que encendieron la mecha del levantamiento fueron tanto económicas y sociales, además del factor de la situación de precariedad en la política peninsular en plena invasión napoleónica. A partir de aquí lo que queda claro es la lentísima reacción desde la metrópoli peninsular, que junto a la precaria respuesta interna frente a los acontecimientos, por todo lo cual conforme pasaba el tiempo, las perspectivas no podían ser más pesimistas.
Como he dicho al principio el autor divide el ensayo por capítulos en los que asume en cada uno de ellos, más o menos, un año de los enfrentamientos. A su vez, compartimenta cada capítulo en las zonas de conflicto, en las que realistas e independentistas medirán sus fuerzas y ejércitos a lo largo de los años. Principalmente se refiere a los movimientos y batallas acaecidos en Nueva España, Venezuela, Río de la Plata, Nueva Granada, Perú o Chile. A lo largo y ancho de los mismos desarrolla los procesos de avance y reconquista de los ejércitos en cuestión, detallando su estructura por regimientos y cuerpos, como no, los mandos que los lideran. Además, factores como la ayuda internacional a los emancipados, así como la inexistencia de ese mismo apoyo a España o la situación política en la península con la victoria liberal y la posterior restauración absolutista, más allá de las derrotas de los ejércitos realistas en los campos de batalla, irán acercando año a año la derrota de unos y la victoria final de los otros. Las batallas de Paipú, Bocayá, y especialmente a partir de 1821, las de Carabobo, Pinchicha, Junín y la definitiva de Ayacucho, están magnífica mente descritas y pormenorizadamente detalladas para terminar por dar al lector una visión real y vívida de los sacrificios que se dieron en la defensa de la presencia española en América y de un rey allende los mares. El autor ha querido recordar y homenajear a hombres y hechos sumidos en el olvido y qué mejor, que reeditar sus páginas y dar la oportunidad de conocer la realidad, principalmente militar y bélica de aquellos años.
El ensayo comienza con una descripción pormenorizada de la situación del ejército realista tanto en España como en América. En el caso del primero, la situación era desastrosa, debido especialmente a la Guerra de Independencia contra Napoleón. En el segundo caso, se describe la heterogeneidad de las mismas, compuestas por un escaso número de tropas peninsulares, además de los llamados cuerpos fijos, compuestos en su inmensa mayoría por americanos, y las Milicias. Estas circunstancias, incluida la escasa aportación de soldados enviados desde la península, nos lleva a percibir como una de las principales características del conflicto, el hecho de la profunda americanización del ejército que a lo largo de los años defendió con valentía y fidelidad los intereses de Fernando VII. Si bien Albi se refiere en esta obra especialmente a los hechos militares, no evita apuntar que las causas que encendieron la mecha del levantamiento fueron tanto económicas y sociales, además del factor de la situación de precariedad en la política peninsular en plena invasión napoleónica. A partir de aquí lo que queda claro es la lentísima reacción desde la metrópoli peninsular, que junto a la precaria respuesta interna frente a los acontecimientos, por todo lo cual conforme pasaba el tiempo, las perspectivas no podían ser más pesimistas.
Como he dicho al principio el autor divide el ensayo por capítulos en los que asume en cada uno de ellos, más o menos, un año de los enfrentamientos. A su vez, compartimenta cada capítulo en las zonas de conflicto, en las que realistas e independentistas medirán sus fuerzas y ejércitos a lo largo de los años. Principalmente se refiere a los movimientos y batallas acaecidos en Nueva España, Venezuela, Río de la Plata, Nueva Granada, Perú o Chile. A lo largo y ancho de los mismos desarrolla los procesos de avance y reconquista de los ejércitos en cuestión, detallando su estructura por regimientos y cuerpos, como no, los mandos que los lideran. Además, factores como la ayuda internacional a los emancipados, así como la inexistencia de ese mismo apoyo a España o la situación política en la península con la victoria liberal y la posterior restauración absolutista, más allá de las derrotas de los ejércitos realistas en los campos de batalla, irán acercando año a año la derrota de unos y la victoria final de los otros. Las batallas de Paipú, Bocayá, y especialmente a partir de 1821, las de Carabobo, Pinchicha, Junín y la definitiva de Ayacucho, están magnífica mente descritas y pormenorizadamente detalladas para terminar por dar al lector una visión real y vívida de los sacrificios que se dieron en la defensa de la presencia española en América y de un rey allende los mares. El autor ha querido recordar y homenajear a hombres y hechos sumidos en el olvido y qué mejor, que reeditar sus páginas y dar la oportunidad de conocer la realidad, principalmente militar y bélica de aquellos años.
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