Nueva entrega del cómic Los Muertos vivientes que continua con las experiencias del encuentro de Rick y los suyos con los líderes y miembros de la llamada Commonwealth. El viaje a Alejandría, El Reino y La Cima, como parte de la visita de los representantes de la colonia recién descubierta por Rick, hace que algunos viejos amigos vuelvan a encontrarse tras la última batalla con los Susurradores y los muertos vivientes. Cada líder moldea su colonia en vistas a recuperar tiempos mejores, mientras la Gobernadora y los suyos, no solo observan los méritos obtenidos por nuestros protagonistas, sino que también muestran deficiencias y debilidades en la convivencia y gestión de la Commonwealth.
A la vuelta del viaje, los sucesos que ya sorprendieron a Rick, especialmente relacionados con la relación de los líderes de la nueva colonia y su ascendiente sobre gran parte de la población, se siguen sucediendo. Dwight muestra extremas reservas con como funciona una sociedad especialmente estratificada y en ciernes de un control policial o militar que llega a coartar ciertas libertades, ante la protesta, hasta ahora silenciosa, de una gran mayoría. Rick, Dwight y Michonne se enfrentarán en su planteamiento sobre cómo trasladar a sus recién conocidos y la gobernadora, la situación, el estilo de vida y el espíritu de igualdad, trabajo en común y libertad de las poblaciones que representan. Algo oscuro se cierne sobre nuestros protagonistas, mientras algunos esperan el devenir de un nuevo enfrentamiento entre los supervivientes.
En éste capítulo Kirkman insiste en mostrarnos las diferencias de algunos de los líderes y su manera de gobernar y dirigir a sus seguidores. La lucha de clases, el despotismo de unos sobre otros y el control de las libertades y las oportunidades de los ciudadanos en general, están en juego. El problema que surge en éste caso, es cómo influir en esta nueva sociedad recién descubierta. Las clave está en si hay justificación en el uso de la violencia y la rebelión, o bien, si el camino más firme y pacífico del diálogo puede funcionar. Varias opciones para un solo fin, que terminan chocando inevitablemente. Una trama que va mucho más allá de la guerra por la supervivencia frente a los muertos vivientes y que plantea muchos interrogantes ante la construcción de la sociedad perfecta, según los intereses y los fundamentos de unos y otros.
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