Ganadora de la Palma de Oro del festival de Cannes de este año, la última película dirigida por el exitoso director coreano Bong Joon-ho, gira alrededor de una familia en la que todos sus miembros se encuentran en el paro y viven en un sótano de una pobre barriada de la ciudad. Un día, un amigo de la universidad del hijo de la familia les regala una roca, símbolo de buena suerte en Corea, y le ofrece al joven un trabajo de profesor de inglés de la hija de un potentado empresario de la zona alta de la ciudad. A partir de este momento, la vida de los cuatro miembros de la familia parece que cambiará cuando se presente la oportunidad buscada, de trabajar en aquella casa.
Bong Joon-ho plantea al espectador una inteligente y desasosegante fábula dedicada a las diferencias de clases y el afán de escalar en el escalafón social, aprovechando y fomentando las oportunidades que se presentan por el camino. Las aspiraciones de la familia por salir de la pobreza se verán salpicadas de una serie de decisiones por las que cada uno de sus miembros se abrirá camino en el micro universo de la familia a la que "parasitan", sin importarle los medios utilizados para lograrlo. Todo parece que funciona como en un cuento soñado, hasta que se enfrentan a una situación parecida a la que ellos han alcanzado. En ese momento su afán de supervivencia, así como la necesidad vital de mantener su nuevo estatus les llevará a adentrarse en una serie de acontecimientos difícilmente controlables.
La película está planteada como una carrera de obstáculos mediante la cual, la familia protagonista consigue alcanzar mediante engaños y giros buscados, el sueño de vivir mucho mejor que en su estado original, en un entorno controlado y seguro. La cuestión es cómo plantea el director que los medios usados, las maneras embaucadoras, no son un logro per sé, sino que sitúa a todos sus miembros en una posición pareja a los parásitos en el mundo natural. Esta situación les llevará a un pulso con un entorno sorpresivo por mantener aquella nueva situación. Su visión de la familia y el status en el que se mueve la familia parasitada, se realiza desde la envidia y la codicia, y eso nos acerca inevitablemente hacia una proceso de engaño, ocultación, derivando en una consecuencias incontrolables.
La visión de ruptura social y la grave quiebra de una sociedad en la que, unos pocos viven holgadamente en lo alto de la sociedad mientras otros viven de manera miserable en la parte baja de la misma, se materializa a la perfección en la escena de la gran tormenta y la posterior inundación que se produce en la película. Toda una metáfora vital de la realidad de la sociedad y la situación de los protagonistas. Todo lo que sube baja y sitúa a cada uno en su sitio, por más que el engaño y la mentira o la suerte, aúpen los sueños a algo cercano a la realidad. La lectura paralela que realiza el director analizando el olor que emana el padre de los protagonistas desde el punto de vista de la familia rica, reconduce y descabalga de su sueño todo intento de integración parasitaria en un entorno que no es el suyo y al que difícilmente podrán adaptarse.
Para terminar no me queda más que alabar la estructura y el desarrollo de la película, continuamente acompañada de un halo de misterio y tensión escénica, con la que el espectador se siente arrastrado a empatizar con los protagonistas, más allá de que en el fondo sepamos que sus logros les llevan de cabeza hacia un camino sin retorno, un callejón sin salida. El pulso del director es envidiable y la utilización del suspense más que notable. Incluso cuando a la mitad del metraje la película da un giro sorprendente, no se pierde el interés por lo que acontecerán en la casa. Sin embargo, en mi opinión, el desenlace final, esos quince o veinte minutos del film, me parecen especialmente rocambolescos y desvirtúan en parte un film de gran carga social, proponiendo un desenlace que rompe la armonía y el equilibrio de la que creo es una película notable. Un epílogo que, a mí personalmente, se me atragantó como cuando te encuentras con un postre descolocado en la sobremesa de una comida redonda...
Hola, Iñigo
ResponderEliminarHe leído buenas reseñas y junto a la tuya, definitivamente quiero verla.
¡Un abrazo!
Perfecto, ya me dirás qué piensas de ese final!
EliminarAyer la vi. Me dejó un sabor agridulce, la verdad. En cuanto el final,ese movimiento de arriba hacia abajo. Puedes soñar lo que quieras, pero desde el subsuelo, tiene su miga.
ResponderEliminarP.D. Estoy preparando la reseña.
No me gustó nada su último cuarto de hora. Lástima porque la película es notable.
EliminarYo creo que se lo perdono. Muy original y bien llevada. Claramente iba a terminar como el rosario de la aurora.
ResponderEliminarYo no se lo perdono, que me pegó un bajón ese final que ni te imaginas ;-)
Eliminar